Estocolmo 30 de Mayo de 2012: vagón del metro; afiche felicitando a Loreen, la ganadora por Suecia de Eurovisión 2012, fue superpuesto sobre otro cartel de publicidad, seguramente sin autorización, por algún admirador de la cantante sueco berebere. Foto: Carlos M. Estefanía
Why, why can’t this moment last forevermore?
Tonight, tonight eternity’s an open door…
No, don’t ever stop doing the things you do.
Don’t go, in every breath I take I’m breathing you…
Euphoria – winner Eurovision 2012
Con un título que nombra lo que menos se puede encontrar por estas tierras: La euforia, una letra sencilla, una melodía pegajosa, una buena voz, y una danza que interpretaba, tanto el texto como la música, es que ha ganado Lorine Zineb Noka Talhaoui -más conocida por su nombre artístico de «Loreen»- para Suecia, el premio de Eurovisión 2012.
Loreen. Foto de la artista, cortesía con la prensa
Se trata de festival que auspicia la Unión Europea de Radiodifusión (UER) a través de su Red de Distribución de Televisión de Eurovisión, con una audiencia de más de mil millones de personas. La última edición del Festival de la Canción de Eurovisión 2012, se desarrolló entre el 10 y el 26 de mayo en la ciudad azerí de Bakú.
Debo reconocer que no se trata de un concurso que me llame mucho la atención, cuando lo veo, lo veo a pedazos y sin prestarle mucha antención, esta vez, no ha sido la exepción.
Opino que la preponderancia del inglés, y la desaparición de los matices nacionales en un modo de hacer arte, cada vez mas estandarizado, le restan valor artístico a un concurso, que de otro modo sería una verdadera muestra de multiculturalidad, integración, respeto y admiración entre los pueblos.
A pesar de ello, el triunfo de Loreen, con una cifras récord, más de 670 000 de los cuatro millones de espectadores, significa mucho; entre otras una señal de la derrota de la bestia rubia como ícono de superioridad moral e intelectual. En ese sentido, en particular dentro del contexto sueco, Loreen es a la cultura, lo que Obama a la política, un signo de la necesidad de abrir espacios al talento, más que al origen étnico.
Y no pudo menos que darme gracia cuando en Radio Nacional de España, durante la tertulia dedicada al concurso en el programa, No es un día cualquiera del 27 de mayo, la periodista Pepa Fernández comentó lo morena que era esta, representante de Suecia. Y como no serlo, si la chica, es de origen berebere, un pueblo íntimamente conectado con la historia de España, que es la nuestra, desde el momento en que un general de esa etnia, Ṭāriq Benzema ibn Ziyād al-Layti, dirigió la invasión musulmana que en el siglo VIII liberó la Península Ibérica de la tiranía visigoda, iniciándose con ello un reinado de tolerancia, y riqueza como el que no conoció Europa durante siglos.
Los bereberes (bárbaros) fueron llamados así por los romanos, mas ellos se dan otro nombre mucho mas digno » imazighen» (hombres libres) y son los pobladores originales de un extenso territorio, que se extiende desde el oeste del valle del Nilo hasta las mismas islas canarias en el Atlántico.
Discriminados y rechazados, a veces renegados por sus propios hijos, tienen este pueblo magrebí el honor de haber realizado grandes aportes a la cultura, aunque también al fin de etapas de luz como ocurrió con la irrupción de Al-Ándalus de las dinastía de los almorávides y luego de los almohades, es decir de unos bereberes islamizados cada vez mas fundamentalistas. Esto no quiere decir que todos los bereberes sean musulmanes, aunque, si lo es una gran mayoría, entre ellos pueden encontrarse judíos, cristianos e incluso personas plenamente secularizadas como debe ser el caso de «Loreen» , quien de atenerse a las estrictas reglas preconizadas por el Corán no habría podido danzar, ni cantar en público, tal y como lo hizo ‘Loreen» para millones de Espectadores.
Pero que nadie se crea que Loreen es la única berebere famosa, no, los bereberes han dado Emperadores romanos como Septimio Severo, Caracalla y Macrino, Papas como Melquíades y hasta un Padre de la Iglesia; Agustín de Hipona, más conocido como San Agustín.
Y supongo que sea la fuerza espiritual que le inspiran desde el mas allá a estos personajes, , más la fuerza ancestral que se acumula entre el mar Mediterráneo y el desierto del Sahara de todos los que le hayan permitido a Loreen vencer, no al resto de los contrincantes que no eran gran cosa, sino al verdadero reto, al embrujo de las cuatro Babas Yagas rusas:
Me refiero a las Buranovskiye Babushki de Rusia votadas por un público inmisericorde, dispuesto a castigar la degeneración de este concurso. Más por esta vez el evento tiene el mérito de reconocer y lanzar al estrellato internacional el talento de Lorine Zineb Noka Talhaoui. Una chica nacida en Estocolmo el 16 de octubre ,y que supo triunfar sin quitarse el apellido.
Loreen. Foto de la artista cortesía con la prensa
No fue fácil, cuando participó en la versión sueca de Idols en 2004; solo le dieron el cuarto lugar y algo similar ocurrió en el año 2011 cuando se presentó al festival sueco Melodifestivalen, donde quedó eliminada. Sin embargo los suecos se la pensaron bien y la dejaron ganar en Melodifestivalen de 2012. Así sorprendieron a todos, en lugar de aparecer la típica rubia despampanante representando a Suecia, lo que vieron los televidentes de Eurovisión de ese año fue a una chica de cabello negro que mas gracia que su exotismo y la bondad de su sonrisa, para colmo acompañada en la danza no por un esbelto rubio escandinavo, sino por un chico negro como la noche.
No por gusto al saberse del triunfo de Loreen Börn Söder, del xenófobo Partido Demócratas de Suecia, con sitio en el parlamento sueco, escribió en su página de Facebook Suecia, cuestionando la nacionalidad del triunfo en Eurovisión. Ciertamente ha enmendado escribiendo; «Felicitaciones a los países que se preocupan por su propio idioma!». Pero a nadie se le quita la mosca de la oreja de que a este como a tantos otros miles antimigrantes que tiene el país nórdico, lo que le molestó fue el color de la piel y sobre todo el origen de la ganadora.
Frente a este personaje prefiero quedarme con la imagen de las niñas típicamente nórdicas que con un afiche con el rostro de Loren, felicitaron y arroparon a la artista tras su llegada de Bakú, niños de una generación que a diferencia de sus padres, pueden identificar lo «sueco», ya no con rasgos externos de un ser humano, sino con un modo estratégico de organizar, hacer y de trabajar que tiene mucho mérito, donde seguro radica el secreto que llevó a Loreen a su éxito.
Loreen. Foto de la artista cortesía con la prensa