En Colonia, Alemania se ha desatado el pánico, aunque la policía dijo que todo estaba tranquilo, de no sé dónde ha salido la historia de una conspiración norteafricana para violar o en el mejor de los casos acosar sexualmente y robar a las alemanas en los días de fiesta por la noche vieja.
Lo gracioso es que en la época de los teléfonos móviles y las cámaras de vigilancia no te encuentras una imagen que confirme tanta alarma. Lo único que hemos encontrado además del blablabla de las redes son unas escenas fuera de contexto donde vemos apretadera de multitudes como las que salen de un estadio, ocasión perfecta para el froteurismo: parafilia de los que obtienen placer sexual restregando sus genitales contra personas desconocidas.
Habría que ver si las mismas situaciones no se dieron en toda Alemania, y en ciudades con menos presencia de cabezas negras pero igual del típico aprovechado que sufren las mujeres en situaciones como estas.
A falta de pruebas y testimonios claros en la prensa uno le queda la duda si todo esto es verdad. Y me pregunto si no sería acaso que en épocas de borrachera y desparpajo, que suelen aprovchar los violadores del cualquier nacionalidad, incluidos los alemanes, unos pobres marginados que tradicionalmente agarraban mangos bajitos (con el consentimiento de las plantas) fueron por lana y salieron trasquilados, como resultado del brusco cambio inducido el poder en la respuesta sexual humana, convirtiendo el acercamiento heterosexual en el peor de los pecados.
En cualquier caso, desde aquí condeno cualquier abuso de un sexo contra el otro para que quede claro. También repudio que se intente convertir el fenómeno en algo exclusivo de un grupo étnico o incluso de un solo género como están haciendo últimamente los medios.
La bola pica y se extiende hasta llegar a Suecia
El Periódico Metro de Estocolmo publicó el 7 de enero una nota en la que se daba a conocer que al menos nueve mujeres habían denunciado haber sido abusadas sexualmente durante la noche de Año Nuevo en Kalmar. La policía ha iniciado investigaciones, pero ningún sospechoso ha sido arrestado. Las mujeres, de edades comprendidas entre 17 y 19 años, fueron molestadas en la plaza de Larm: Larmtorget.
En el mismo medio apareció en 11 de enero un artículo titulado “La Policía: terrible que no hayamos tenido éxito en la protección de las personas”- En el que un vocero se refiere hombres en que molestan a mujeres en las multitudes, un fenómeno que no afecta solo el festival “Somos Estocolmo”, el evento en cuya edición del pasado verano varias chicas fueron acosadas chicos en grupo, según informara el Dagens Nyheter.
«El problema con los jóvenes que se frotan contra las niñas en las audiencias ha vuelto como en años anteriores», escribió la policía en una nota. Sin embargo también declaró que el festival había sido tranquilo
Los problemas destacados, sin embargo, las noticias P3.
Roger Ticoalu, gerente de eventos en la ciudad de Estocolmo, es citado en unas declaraciones al periódico Dagens Nyheter donde afirmó que siempre ha habido acoso sexual, pero en 2014 se notó una diferencia notable: hay grupos de chicos dirigidos intencionalmente a rodear y acosar a las chicas, le dice a DN.
El hecho parece ser confirmando por Varg Gyllander, encargado de prensa de la Policía del Estocolmo quien ante la pregunta de que si se habían visto estos hechos en otros grandes eventos declaró a Metro: Sí, la percepción de la policía es que hemos visto este tipo de comportamiento…. “En los eventos con una gran cantidad de personas, se ha observado que existe este fenómeno y por supuesto que es terrible que esto sea así, no tenemos la capacidad de proteger a todos cuando hay tantas personas”. Declara el policía.
Ahora se habla en los medios de la existencia de un mismo patrón para Suecia y Alemania, el que se incluye desde el accionar mancomunado de los que acosadores a la respuesta “débil de la policía. La pregunta sería si el dio patrón está siendo generado por la realidad o por la manera en que esta es tratada en los medios. Es lo que se nota en el programa de la televisión pública titulado Opinion live, conducido por Olle Palmlö, nos presentó el pasado 14 de enero a una chica, quien se queja de que unos muchachos la habían manoseado durante el festival de Estoclmo y que la prensa ocultó su descripción de los acosadores q extranjeros, ella misma por cierto no tiene rasgos muy nórdicos que digamos. Luego se lleva como defensa de los presuntos “manos sueltas” a una muchacha que trabaja con niños y jóvenes que llegan como refugiados a Suecia, quien explica que deben ser vistos como individuos y denuncia el aislamiento social que estos jovenes sufren ya nunca pueden relacionarse con jóvenes suecos. A esto podría sumarse la inevitable conducta descompuesta de unos chicos sin guía paterna en una sociedad que cuyos códigos para el apareamiento entre los sexos nada tiene que ver con la que dejaron atrás, en la que la familia juega un papel fundamental, lo que es muy mal visto en las sociedades postindustriales.
En otro momento vemos policía que se lamenta cuando la prensa acusa a su cuerpo de oscurecer el detalle de la participación extranjera cuando no hace mucho la misma prensa que hoy se le viene encima desenmascaró que se estaba haciendo listado de personas de origen gitanos y relacionando a ese grupo con los delitos.
Palmlö nos saca de la manga un experto quien expone el posicionamiento en 4 lugar a nivel mundo de Suecia, en lo relativo a la igualdad de hombres y mujeres. Creo que este puesto debería ser discutido ya que muchos pueblos primitivos superan a los nórdicos sobretodo en los a los parámetros de libertad sexual que usa la sociología feminista a la hora de establecer sus escalas de igualdad, y será desde esa misma ideología eurocéntrica y autocomplaciente que el invitado ordenamiento de géneros en los países de la cuenca sur del mediterráneo, lo hará sin contraparte, por ejemplo sin la presencia de un Imán que le explique la adoración y respeto que siente el auténtico mahometanos de una sociedad moderna en día por su madre, su esposa o su hija y del cual podrían aprender muchos hombres modernos o que le cante las cuarentas a la manera en este Occidente tan autosuficiente y engreído ha instrumentalizado a sus mujeres, lavándoles el cerebro convertirla en la esposa casta y sumisa de la empresa y un estado que no repara en usarla como carne de cañón. Pero bueno, así funciona a menudo la “imparcialidad” de muchos programas de la televisión sueca.
En un momento del debate en la TV sueca hace conexión con Alemania, todo va bien mientras la reportera se hace eco del relato conspiranóico sobre una violación planificada que aviva en el subconsciente germano, aquella ejecutada por la alianza anglo estalinista durante la ocupación alemana. Pero cuando sigue la corresponsal hablando del otro lado de la cuestión, es decir del modo en que la xenofobia saca partido esta situación es acallada por el conductor por la falta de tiempo. Es como si al programador no importara el uso de este rumor del que se están aprovechando los identitarios de toda Europa, incluidos los de España representados en la publicación digital El Manifiesto, quienes valorando el hecho han terminado en la misma trinchera que sus enemigas naturales, las feministas.
Ahora resulta que uno de los cuerpos más xenófobos de Europa como son los de la policía se ha convertido, en los casos de Suecia y Alemania (arrestado solo cinco de los muchos acusados), en el ángel de la guardia de los musulmanes. El paraíso les está garantizado.
En cuanto a los medios, incluidos las redes sociales no están haciendo nada nuevo, sólo repiten el mismo tipo de propaganda antisemita usada por los nazis en los años treinta, en el que la lujuria jugaba un papel fundamental.
Un recurso que ya había sido empleado en Estados Unidos, primero por los racistas sureños contra los negros y luego por la propaganda de la prensa amarilla contra España como forma de justificar la intervención en Cuba, que no lo olviden esos hidalgos caballeretes de Madrid indignado por presuntos asaltos sexuales de árabes o bereberes en Alemania.