Archivo | julio, 2014

Hablando de inmortales e inmorales

31 Jul


Ya he comentado las diferencias que tengo con los enfoque, más “presentológicos” que futurológicos del publicista ruso Daniel Estulin, por un lado admiramos y detestamos a figuras diferentes, Stulin odia Gorbachov contra el cual destila los insultos que yo por un problema elementalmente ético, jamás lanzaría contra  el»nacionalista» de Fidel Castro, el mandatario cuasiinmortal a quien Estulin, por vocación o instrucción, gusta poner por los cielos, sin sentarse a meditar en una vida política que encaja a la perfección en los destinos propugnados para la Humanidad por la élite mundial que Estulin tanto denuncia.

Por otro lado reconozco que encuentro sumamente interesantes y coincido en muchos aspectos con los trabajos del autor de La verdadera historia del Club Bilderberg, nacido el mismo año en que mi hermanos menor, 1966, lo que me hace pensar en los nacidos bajo el signo del caballo, de acuedo al horóscopo chino, como  una generación particularmente inteligente y éxitosa en lo que se proponga, En lo que se refiere a la actividad mediática Estulín es un triufador, otra cosa sera descubrir cuanto debe ello a su talento y cuando al pacto con un diablo  que hasta ahora se nos mantiene encubierto.

 

Comparto en particular la visión que suele ofrecernos Daniel Estulin sobre el nefasto papel que ha jugado desde su nacimiento hasta nuestros días el imperio británico, responsable de tanta guerra, revolución, y fragmentación, de tanto genocidio cubierto o encubierto, efectuado unas veces por la vía de las armas, otras por las del hambre -en su última obra Estulin nos recuerda los casos de Irlanda y la India- las drogas y la que menos se nota la remodelación de las normas sociales, una visión que nos ha llegado, sospecho por canales diferentes pero desde una misma fuente el que nos llega, el movimiento LaRouchista, organización con la que establecí contacto hará unos 20 años atrás, a través de su filial sueca, el Partido Laboral Europeo (EAP); el objetivo era conseguir sus solidaridad para frenar la deportación en masa de los compatriotas que entonces arribaba buscando asilo en el paraíso escandinavo y (he de reconocer que ésta faltó en medio de la indolencia del establecimiento político), así como la invitación a algunas reuniones y el envío de su revista EIR, cuyo fuego permanente contra la corona británica me hizo abrir los ojos ante un imperio cuya propaganda más efectiva que la de los soviéticos y los nazis juntos les ha permitido presentarse ante el mundo como el máximo paladín del progreso material y libertad.

Es esta imagen la que salta en añicos en buena parte de los programas “Desde la sombra”, realizados y conducido por un Daniel Estulin, quien al tiempo en que ofrece luz sobre occidente, cuidase mucho por mantener en la penumbra buena parte de las barbaridades que hoy ocurre en ese amplio territorio euroasiático que comparten Rusia y China, sin por esto, responsabilizarse por sus contenidos, sea el canal eminentemente propagandístico de Rusia Hoy el que se encargue de difundir las entregas audiovisuales de Estulin.

Es en ese mismo espíritu y repitiendo buena parte de lo que ya nos ha contado en las redes, que el carismático conductor de desde las Sombras ha concebido su último libro: El club de los inmortales. Ediciones B. 11 de Septiembre 2013. ISBN 978-84-666-5308-4. Una obra de suma actualidad, al punto que alude a acontecimientos de 2014, posteriores por lo visto a la ya de por si relevante fecha en que oficialmente fue publicado el libro, supongo se trate de cambios realizados ya en la etapa de edición.

Es verdad que Estulin no nos lo cuenta todo, al estilo de lo que hacen esos conspiradores de Bilderberg, la trilateral por no hablar de la Misma Empresa Mundial S.A, al que el escritor denuncia, sin embargo basta con la parte de la verdad que nos revela, para disfrutar de una obra que nos puede hacer pensar no solo sobre la “catástrofe que nos amenazan”, sino también las que estamos viviendo ya, poniendo nombre y apellido a buenas parte de sus culpables, personalidades y organizaciones amorales que como Henry Kissinger, La Fundación Rockefeller , la Organización Mundial del Comercio o la misma ONU – esa cuyo Secretario General, Ban Ki-moon, tan bién se lleva con los hermanos Castro- cargan sobre sus hombros la máxima responsabilidad por las crisis artificiales que ha sufrido la humanidad en los últimos decenios: la de los alimentos, la del petróleo o la del mundo financiero por poner algunos ejemplos.

Enero de 2014, Fidel Castro Ruz, recibe en visita extraoficial al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Excelentísimo Señor Ban Ki-moon, quien asiste como invitado a la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC. celebrada en La Habana

 

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, recibe en la tarde del lunes 27 de enero de 2014, al señor Ban Ki- moon, quien elogió la gestión de Cuba como Presidente Pro-témpore de la CELAC. El mandatario cubano, por su parte, agradeció la presencia del Secretario General en la Isla y reiteró el compromiso de nuestro país con el multilateralismo, la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional. Foto e información aparecidas en http://www.radiorebelde.cu

Son ellos también los que a partir de ideas darwinistas y maltusianas, actualizadas por los «estudiosos» del catastrofista Club de Roma, han ido imponiendo a los estados del mundo, aparentemente “nacionales” una suerte de eugenesia que intenta hacer desaparecer millones de seres humanos en beneficio de una élite, un proyecto del que formaron parte lo mismo el régimen Hitleriano que el polpotiano, cuyos métodos brutales, hoy son sustituidos a fin de alcanzar los mismos objetivos por alimentos genéticamente modificados y un sistema de salud, que en contubernio con las farmacéuticas, mata más que cura en una estrategia que complementan el Codex alimentario establecido por la OMS y la FAO –las mismas que tan buenos avales han dado al régimen cubano- que a la vez que frenan le comercio hierbas, vitaminas o minerales con finalidad preventiva, hace la vistas gorda frente a los aditivos químicos u orgánicos conque legalmente se envenena nuestra comida.

Basta con esta alerta para recomendar un libro, que por otro lado se demerita al reducir el mal de la patria originaria de la etnia de Estulin a la acción de unos pocos oligarcas enfrentados a Putin. Así mismo, tras desacredita las ideas de los transhumanistas occidentales, creyentes en la futura inmortalidad del hombre gracias a la tecnología,  Estulin nos presente como alternativa viable las que sirve de base al proyecto Rusia 2045, por la visto la versión oriental del transhumanista.


El problema de Estulin, es un extremo nacionalismo, que ordenando desde afuera o auténtico,  pone freno a lo mucho más que  que podría dar de si su intelecto, brillante sin duda alguna, y es ese mismo paradigna que le impide al intelectual rusoreconocer que esos mundialistas a los que con razón detesta, no han hecho más que reproducir a nivel mundial los crímenes ( explotación, guerra, enfermedades y hambres indiucidas, etc) que ya habían ensayado a nivel local las élites no menos inmorales que inventaron,  o  se hicieron del poder eso que llamamos “estado nacional”,  según Estulin , la panacea universal, llamada a contrarrestar, los males, sin lugar a dudas reales, que asechan nuestro mundo.

Fidel Castro y Daniel Estulin. Foto: Alex Castro

Fidel Castro y Daniel Estulin. Foto: Alex Castro publicada en Cuba Debate

¿Comer o no comer? esa es la cuestión

28 Jul

Sin ánimo de hacer apologías al mal llamado socialismo cubano, he de reconocer que en sus tiempos de relativizada bonanza, que son los que van desde que los soviéticos deciden sacarle a Castrismo las castañas del fuego del fracaso de la zafra los 10 millones hasta el desmoronamiento definitivo de la URSS, los cubanos comimos de una manera más o menos sana, siguiendo involuntariamente una dieta casi «vegana», otra cosa es que los ingenieros sociales encargados de determinar lo ingeriríamos día a día, de acuerdo a lo que dictaba la libreta de racionamiento, tuvieran en cuenta nuestro paladar, un mal que podían solucionar aquellos que contasen con un poco más de dinero, comprando en los llamados «mercados libres» (cuando existieron), visitando de vez en cuando a un restaurante o negociando directamente con algún granjero.

Libreta cubana de racionamiento. Foto publicada en http://www.libertarios.info


Se trataba de un buen comer pasajero, intermediado por la crisis que significó primero la ofensiva revolucionaria de 1968, luego la mencionada zafra por cuyas cañas que no dieron tanto como se esperaba se desentendió el resto de la economía y por último el fin del subsidio de lo que fuera el campo socialista, desencadenante principal de aquello que se llamó «periodo especial», y cuyas consecuencias en la alimentación popular sólo encontraron freno estatal tras los disturbios ocurridos en La Habana de 1994 conocidos por el maleconazo.

Supongo que no seré el único cubano emigrado de aquella época que creyó haber resuelto problema de que alguien determinara por ti lo que tenías que ingerir. Hoy tras XX años de existencia externa me he percatado de que no es así, y que aunque no es tan evidente como en el comunismo, son otros y no nosotros lo que en última instancias determinan lo que nos llevamos al estómago.


El papel que antaño jugaba el racionamiento del Estado en este tipo de dominación que nos dice que comer o no, ahora lo juega la desinformación, la publicidad – ese mal que tanto preocupa al pensador Félix Rodrigo Mora-y los añadidos ni siempre saludables que se le hace a casi todo cuanto comemos. Claro ahora existe una pequeña ventaja, la de que podemos buscar la información, crear mecanismos de resistencia, personal o colectiva y hasta protestar en las instancias establecidas como no podíamos hacer por ejemplo en una asamblea del poder popular.

La red está llena de opciones para descubrir las trampas en las que nos hace caer las industrias del alimento, es la plataforma donde, entre otros materiales, publico los archivos de sonido querecojen mis charlas con el profesor Félix José Hernández bajo el título de ¿Qué pasa en Francia? Me refiero a Ivoox. En ella puede encontrar numerosos Podcast, que confirman lo que estoy diciendo, tales como: «Alimentos que dañan al hombre» o Dominación global mediante la alimentación: La nueva industria agroalimentaria.

Recomiendo al lector la escucha de estos materiales como forma de tomar conciencia sobre la dictadura que usando recursos más propios de Un mundo feliz que de 1984, nos está llevando al matadero por un camino empedrado con lo que comemos. Y si tiene más tiempo le sugeriría leer los artículos relacionados con el tema que escribe para The Guardian la periodista Felicity Lawrence, autora de dos libros donde expone los entramados del negocio de la comida, Not on the Label (Lo que la etiqueta no dice) y Eat Your Heart Out. Tengo a mano la edición en español de la segunda obra, publicada por Tendencias, en el 2009 bajo el título de ¿QUIÉN DECIDE LO QUE COMEMOS?

Se trata de un libro al que tengo mucho que agradecer, entre otras cosas por haberme revelado la trampa que se oculta tras esa socorrida soya con la que vegetarianos han creído poder sustituir la carne como la leche los alérgicos a la lactosa, en segundo lugar porque me ha ofrecido una teoría bastante convincente sobre los orígenes de tantas enfermedades mentales y actitudes agresivas en las sociedades modernas, las cuales explica como resultado del desbalance entre las grasas omega 3 y omega 6, y por ultimo porque nos explica el largo recorrido realizado por los copos de trigos y de maíz, desde que se les concibió como alimentos espirituales, con los cuales sustituir aquellas carnes que invitaban al pecado hasta los días de hoy en que la industria del cereal se ha trasformado en una fábrica de caballos de Troya con los que nos atiborramos de “valores agregados” que llevan nuestra salud al cadalso.

Estamos en presencia de un pequeño manual de economía política de la alimentación en el que se denuncian unas transnacionales que no solo manipulan nuestros hábitos alimenticios sino que participan activamente en cadenas de explotación de seres humanos que en mucho recuerdan la vieja esclavitud, esto cuando no les da por arruinar las producciones agrícolas y ganaderas de países poco desarrollado atiborrando sus mercados de un producto abaratado por los subsidios de los Estados Europeos o norteamericanos, los mismos cuyos aranceles y medidas sanitarias dificultan la importación ellos de los productos que sacarían de su atraso a esos países subdesarrolladas.

Felicity Lawrence comienza explicando la gordura de su gato para llevarnos a descubrí todo lo que se nos oculta en los alimentos procesados, bajando de su pedestal incluso aquellos que mucho valoramos como pueden ser las carnes blancas, la leche, las frutas, la verdura, todo parece haber sido envenenado, química o moralmente por el comercio global.

Por supuesto no estamos de acuerdo en todo lo que aquí leemos a Lawrence, como buena inglesa se le escapan algunos pecados, coquetea con ideas maltusianas, se traga el ideario paralizante en lo que a progreso se refiere de los ecologista y hasta permite a uno de sus entrevistados, sin cuestionarlo por ello, que le depare en el paraíso un sitio a Fidel Castro – el mandatario que pudiendo haberlo hecho antes, sólo paró la malnutrición generalizada (y con ellos las enfermedades derivadas) cuando el pueblo cuando se le amotinó Centro Habana -, esto por no señalar la manera en que se le escurren lo conectado que se encuentran los capitalismos chino y británico.

A todo lo anterior hay que añadir un exceso de optimismo en la visión que al final del libro se nor ofrece sobre la alimentación del mañana, algo que tampoco comparto aun estando dispuesto a incorporarme a la lucha por una alimentación sana, es decir al enfrentamiento quijotesco que nos propones contra la mala “jama

Para renovar la Carta Magna

18 Jul

Imagen publicada en ecured.cu

 

 

«La Cámara no podrá atacar las libertades de culto, imprenta, reunión pacífica, enseñanza y petición, ni derecho alguno inalienable del Pueblo.»

Art. 28 de la Constitución votada en el pueblo libre de Guáimaro, Cuba, el 10 de Abril de 1869

 

 

Hemos publicado en nuestra sección dedicada a la Sociedad Civil el Comunicado firmado en La Habana por el grupo Consenso Constitucional, el 1 de julio de 2014. Aquí se informa que durante los días, 27, 28 y 29 de junio, se realizaron encuentros en toda Cuba donde a pesar del acoso policial más de 1800 ciudadanos debatieron en torno a un Cambio constitucional para la isla. La idea es publicitar el proyecto por país como paso previo a la recreación del Estado de Derecho.

El exilio cubano en Miami no ha estado ajeno a este proceso no solo a través de sus medios, en los que no podía faltar la polémica, sino también con el llamado a la participación directa en un proceso que trasciende las fronteras del país caribeño en cuestión.

Así los gestores de este Consenso convocaron a un encuentro en la Universidad Internacional de la Florida para el 19 de julio en el salón GC-140 del Graham Center de la Universidad Internacional de la Florida, entre las de 9:00 a.m. a 2:00 p.m. Allí los diferentes grupos políticos del exilio tendrán la posibilidad de presentar ponencias que no excedan los 10 minutos ante una comisión Andrés Alburquerque, Carmen De Toro, Ramiro Gómez, Pedro López, Arnoldo Muller y Enrique Patterson.

A partir de nuestra experiencia como redactores de la primera publicación independiente cubana en Europa, en la que colaboran no solo compatriotas radicados en diversas partes del mundo, sino personas de otras nacionalidades que nos ayudan a comprender los grandes retos globales a los que también se enfrenta país de nacimiento se nos ocurren algunas ideas que deberían ser reflejadas de algún modo en nuestra Carta Magna y que redundarían en la felicidad de los cubanos, siempre y cuando se den dos condiciones fundamentales: Una de que el estado cumpla a rajatabla sus propias leyes, comenzando por la principal dos que el parlamento sea del pueblo, no solo de nombre como ocurre actual mente, sino de hecho, que sea allí realmente donde se ejerza la soberanía de la nación, donde nazca y se controle al gobierno, sin élites dominantes ni minorías aplastadas por una comunidad mayor.

La Constitución que necesitamos:

Necesitamos una Ley Fundamental que tanto desde el punto de vista formal como material, independice tres poderes clásicos el: legislativo, ejecutivo y judicial y que a su vez garantice la existencia poder nivelador el de la opinión pública este se lograría a través de tres leyes adicionales una Ley de Libertad de Prensa y otra de libertad de expresión (como las que existen por ejemplo en la Constitución sueca), una tercera de trasparencia que permita la fiscalización ciudadana de todo cuando se cuece en las instituciones públicas;  Gobierno, Ministerios, Parlamentos, Tribunales, etcétera.

Necesitamos una Ley Fundamental que en la fuga del unipartidismo no nos haga encallar en el mal de las partidocracias, que a la vez que proteja la formación de a en auténticas plataformas para defender ideas, visiones y sanos intereses impida la reproducción en Cuba de ese mal de la democracia moderna que son los partidos entendidos como aparatoso ideológicos convertidos en medios de vidas para demagogos y burócratas, o instrumentos de lobbistas que corrompen con su dinero la materialización de la voluntad electoral, cuando no son parte de la función de títeres con los que el estado hace creer al ciudadano que es su amo.

Y siguiendo la anterior idea necesitamos una Ley Fundamental que coloque al estado al servicio del individuo y no al revés como ocurre hoy con el caso cubano, que permita la participación directa e indirecta en cualquier instancia de la administración, fiscalizando a nivel local, provincial o nacional, la acción de representantes, funcionarios y especialistas para los que no existirá jamás la palabra inmunidad.

Se trata de recuperar la centralidad del ciudadano sin caer la visión atomizadora del individuo que ha logrado imponerse en las sociedades occidentales, contraponiendo la persona, no al poder, pero si a la pareja, al padre al hijo y en genera al núcleo central de todo sociedad que es la familia.

Es con respeto a esa célula reproductora, en cuyo seno nace, se educa y encuentra su mejor apoyo el individuo, que por su propio bien, el del ciudadano, ha de marchar a contracorriente del mundo actual la nueva constitución, defendiendo con uñas y dientes a la familia cubana.

Necesitamos una Constitución que impida el trato discriminatorio o el sometimiento de los individuos en base a su apariencia, pensamiento, condición económica o sexo, que convierta en irrelevantes tales particularidades del individuo a la hora de su interacción social, que logre convertir en obsoletas la guerras de sexo clase o color.

Y en su fan de justicia en igualdad la nueva Constitución, ha de ir más allá que todas las vigentes, colocando en pie de igualdad en lo que a la defensa de los derechos humanos se refiere a todo el que pise nuestro suelo, lo mismo si es un nativo que un extranjero, qué más podemos demandar los que hemos sentido en carne propia el sufrimiento del emigrado.

El día que tal Constitución impere en la  patria, ademas de encontrar la felicidad  en ella , le daremos una lección a la humanidad por haber sabido hacer de la nuestra una tierra promisoria. salvade los peores aspectos del Estado, los imperialismos el nacionalismo y el mercado.

Ella: del amor con con vida limitada

16 Jul

Podría pensarse en la extensión como el único problema de la película Her (Ella en español), drama romántico de 126 minutos escrito y dirigido en 2013 por Spike Jonze. Tuve que verla en dos partes como si se tratara de los capítulos de una serie, un formato para el cual no estaría nada mal, siempre y cuando estuviera dirigida a un público capaz de entender la concepto, fue la manera en que me alertó, cuando nos veía a mi mujer y a mí preguntarnos por calidad del filme frente al aparato automático de Red box que, sustituyendo al empleado de toda la vida te presta la película en cualquier supermercado de Miami, se trataba a todas luces uno de esos tantos latinoamericanos que inmigran a los Estados Unidos, con la cultura suficiente para reconocer una buena película (y esta lo es) entre la mucha bazofia que inunda el mercado, incluido los servicios digitales de cine por demanda.

La película se desarrolla en un futuro inmediato, nos cuenta la historia Theodore Twombly, (interpretado por Joaquin Phoenix “irreconocible”), un escritor sensible y de buen humor aunque nostálgico por un amor recién fracasado, cuya soledad intenta olvidarse con juegos de video o paseando con amigos por las bellas localidades de Los Ángeles, modernizado con tomas hechas en el metro de Shanghái

El problema de verdad comienza cuando Theodore se enamora de “Samantha”, ese es el nombre que ha elegido para interactuar con su comprador la voz femenina (Scarlett Johansson), que produce OS1; el sistema operativo que acaba de comprar, y que le ha sido anunciado como el primer sistema operativo de inteligencia artificial del mundo. Se trata prácticamente de una conciencia diseñada para satisfacer todas las necesidades de ese hombre solitario que estamos viendo en pantalla ya cada vez abunda más en la realidad. Ahora se trata de aquellas necesidades emocionales que hasta el monto sólo otro ser humano podía satisfacer, sin embargo OS1tambien lo consigue. Lo curioso es el modo en que las amistades se toman el hecho cuando Theodore, dando muestra de la apertura mental existente en esa zona oeste de EE.UU.

De ese modo se actualiza de un modo bastante creíble dado el desarrollo de la tecnología moderna, un viejo abordado en más de una ocasión por la cinematografía y la literatura, el de las relaciones sentimentales y un robot, solo que en este caso, no se trata de la dimensión sexual, sino espiritual de este necesidad humana.

Lo que vemos en la película no puede extrañarnos en tiempos en los que la electrónica puede sustituir lo mismo al “prestamista” (por lo que te cobra si te atrasas en la devolución) de libros o filmes, que a un profesor que un jugador de ajedrez. Aunque reconozco que de lo que se trata en ella es del modelamiento de una fase de nuestra existencia haría poner el grito en el cielo lo mismo a humanistas que a religiosos.

Sin embargo nada de lo que veo en “Ella” puede parecernos inverosímil desde el momento en que somos capaces de interpretar en términos cibernéticos lo mismo la psicología humana que la cultura de una comunidad y es precisamente las variables culturales lo primero que se manifiesta en la historia desde el momento en Theodore, descubre la promiscuidad de Samantha. Algo que veíamos llegar cuando la “novia” digital le presenta Alan Watts (Brian Cox) a Theodore otra figura artificial basada, en el pensamiento del filósofo muerto del mismo nombre, que la tiene fascinada, lo que como buen protestante el personaje reacciona consintiendo, los encuentros de Samantha con su nuevo amigo, en cual solo será uno más entre cientos de contactos. Es lo que marca la diferencia con el programa cada vez más desarticulado de los latinos, siempre en guardia, no importa si son hombres o mujeres contra la menor amenaza de infidelidad.

Llegados a este punto nuestro personaje vivirá en el mundo virtual lo que ya había vivido en el real y que el guionista nos describe colocando en su recuerdos una suerte de crecimiento en los integrantes de una parejo lo que termina en rompimiento, un modelo que de alguna manera recuerda aquella visión marxista de las fuerzas antagónicas que dan al traste con el modo de producción. Se trata de una dialéctica que puede ser objetiva, pero también inducida desde el exterior como manera de crear esas parejas desarmables que requiere el propio sistema y cuyo paradigma se nos presenta por partida doble en la película.

Puestos a ser relistas podemos aceptar que un mismo programa esté dando servicios a infinitud de clientes a un mismo tiempo, sin embargo de ahí no se desprende que tenga que informar de ello a cada uno de los implicados y mucho menos cortar el contacto como hace Sanmantha, al estilo del amante que para alejarse definitivamente pide un tiempo.

Es verdad que cada vez se hace más evidente la existencia de una vida limitada en las relaciones amorosas de los tiempos que vivimos, ello obedece a los programas sociales que rigen la actual pareja humana, pero ello no es un «problema del sistema», sino mas bien resultado de la intensión, algo que no debería ocurrir con los programadores de OS1, salvo que deseen venderle a Theodore un nuevo programa de amor, que es lo que es lo que en la realidad pasa cada vez que dos enamorados se separan por obra y gracias de ingenieros sociales que nunca vemos, es decir esos que desde la sombra programan la caducidad predeterminada de aquello que nos ata a la persona amada.

Anónima: recuerdos de una violación en masa

13 Jul

Alemana en el Berlín liberado por los soviéticos, Cuadro de tomas realizadas en Mayo del 1945
Alemana anónima en el Berlín de mayo del 1945

 

Algo más que bicicletas arrebataron los soviéticos a las berlinesas

El nombre de la película en alemán es “Anonyma – Eine Frau in Berlin”, lo que en español traduciríamos como “Anónima – Una mujer en Berlín” y ha resultado en la solución gráfica un viejo problema, el de satisfacer la curiosidad en mi sembrada, durante aquellos tempranos años de preparatoria para realizar mis estudios en Rusia. Fue entonces que una profesora de ruso, una joven, alemana (la única extrajera no rusa que allí trabajaba), nos contó de las violaciones en masa de las que habían sido víctimas sus compatriotas durante la toma de Berlín por parte del ejército rojo.

Un tema que hasta el momento había sido tema prohibido y lo seguiría siendo, no solo en el prolífico cine soviético dedicado a la segunda guerra mundial –del que los cubanos éramos los mayores consumidores en occidente-sino incluso en la abundante literatura de ficción o académica que sobre el mismo acontecimiento disponíamos en la isla.

Y tengo la sensación de que la cosa no era mucho mejor en Occidente, con raras excepciones, como la publicación de libro en que se basa esta película y no es de extrañar, recordemos que norteamericanos, ingleses y rusos fueron aliados, no solo en la tarea de derrotar el nazismo, sino en la todavía más duradera, la de humillar y desintegrar a la única nación en el mundo que osó combatir con las armas en la mano y a una sola vez a los dos grandes capitalismos, el de los bancos y el estado (disfrazado de comunismo). Un combate cuyo mérito se desvanece cuando se le asocia con el genocidio practicado, según nos cuentan unos vencedores que rara vez hablan de los suyos, contra multitudes de inocentes, personas enfermas o deformes, hebreos, gitanos, homosexuales, etc., al menos eso es lo que se nos. ha contado en miles de películas, libros, cursos y museos y hasta reconstrucciones de aquellas cámaras de gas supuestamente destruidas por los nazis antes de que sus enemigos ocuparan los campos de concentración una cruel imagen histórica sobre la que está prohibido dudar bajo pena de ser acusados de revisionistas, como ocurre con el historiador británico David Irving.

Para nadie es un secreto la facilidad con que cuenta el cine a la manipulación de la historia, la ideologización, de su inmensa capacidad para escamotearnos la realidad, en este contexto es de destacar la capacidad que tiene el cine Alemán contemporáneo de navegar a contra corriente, una capacidad que de cierta forma le ha sido impuesta desde afuera. Los alemanes parece haberse cansado de ser presentados como los malos, muy malos, de la segunda guerra mundial, el ejemplo más reciente que he visto ha sido en la película Stalingrad, no confundir la con el Stalingrado, de 1989, dirigida por Yuri Ozerov y mucho menos con la del mismo nombre pero alemana que en 1993, le fue permitido realizar a Joseph Vilsmaier.


Me estoy refiriendo a la película que dirigió en el 2013 Fyodor Bondarchuk y una película que por un lado parece muy avanzada, siendo la primera la primera producción cinematográfica rusa que ha sido rodada con tecnología IMAX 3D además de ser la primera película no-americana que emplea utilizar el formato IMAX.3 4 innovadora en lo visual, atrevida, diría que demasiado al presentarnos un solado rojo imbuido de profundo y ortodoxo cristianismo (ideología oficial del nuevo estado ruso) pero por otro lado resulta tradicional anclada en los mismos esquemas que, desde los tiempos de la ruptura del pacto soviético alemán comienzan a dibujarse los invasores hitlerianos por la propaganda oficial. Al tiempo que nos pintan al soldado ruso como un dechado de virtudes en las que no falta ni siquiera la de la solidaridad con sus los hebreos, tanto más dudosa cuando la suya fue la patria donde nació el progrom.

La respuesta de los realizadores germanos al estado de cosas en la esfera audiovisual ha sido la ir abandonando poco a poco el cine focalizado en los crímenes nazis. No es que se haya puesto punto final a la autoinculpación en particular lo que al antisemitismo se refiere, ahí tenemos películas como El Judío Suss: Acenso y Caída, película alemana de 2010 dirigida por Oskar Roehler, donde se nos cuenta la historia del actor Ferdinand Marian (interpretado por Tobías Moretti) y su participación en la realización Jud Süß., película antisemita alemana realizada en 1940 antisemita propaganda nazi. Por cierto en la obra también se aborda el asunto de las alemanas prostituidas por los ocupantes.


 

Sin embargo lo más interesante de este filme, y lo que al parecer la crítica prefiere pasar por alto es la encarnación que se hace Moritz Bleibtreu de Paul Joseph Goebbels (Rheydt, Renania del Norte-Westfalia, Alemania; 29 de octubre de 1897 – Berlín, Alemania; 1 de mayo de 1945), el que se nos manifiesta con un carisma que no se descubre en las imágenes documentales recogidas para la posteridad en su época como Ministro de propaganda. Hablamos de el puesto desde el que encomendaría la realización de una de la películas  de fantacías mejores de la época, a nivel internacional; Las aventuras del barón Münchhausen (Münchhausen).

Con esta producción se trataba, deamas de apuntalar el nazismo en el imaginario infantil, de celebrar 25 aniversario de la productora Universum Film AG (UFA) el el estudio cinematográfico más importante que tuvo Alemania desde 1917 hasta 1945. Goebbels tuvo la flexibilidad de aceptar la participación como guionista un autor prohibido Erich Kästner, colocando de paso, a disrposición del director los recursos mas avanzados con los que contaba en ese momento la industria cienematográfica alemana, el venerado actor Hans Albers, ,las técnicas de color ( fue la cuarta película rodada en colores por la productora) carísimos decorados y miles de figurantes, y unos efectos especiales que todavía hacen historia: de lo que se trataba era de competir con las producciones norteamericanas tecnicolor al estilo del El mago de Oz jefe entre ellos. Las aventuras del barón Münchhausen se extrenó en marzo l un mes después del discurso en Sportpalast donde Goebbels respondía a la derrota del 6. Armee, el ejército en alemán que habiendo participado en la Primera y la Segunda Guerra terminó hecho añicos en las puertas Stalingrado.

Es a este genio de la propaganda (no importa sus fines) al que se le da vida en en «El Judío Suss» explotando para ello hasta la saciedad las mejores talento del austriaco Bleibtreu, el mismo actor que se desperdicia cuando le toca interpretar un rol opuesto, en la película My Best Enemy, rodada en 2011 por su compatriota Wolfgang Murnberger.

La película nos cuenta más de lo que aparenta en su propio cine de propaganda, lo que ocurre en Viena, cuando el joven y rico judío Víctor Kaufmann (Moritz Bleibtreu), es traicionado por su mejor amigo quien se ha convertido al nazismo, una historia que podría ser real sino estuviese cargada de momentos de inverosimilitud copiados del peor cine hollywoodense.

El caso es que frente a la manera convencional de abordar en el cine papel durante la primera guerra mundial los alemanes han decidido hacer honor a la verdad repartiendo, disculpe la expresión, “mierda” entre todos los involucrados en aquella hecatombe, en especial en lo que se refiere a los crímenes de guerra contra la población civil, también se observa, como vemos en el caso Jud Süß de un acercamiento más equilibrado, menos caricaturesco y maniqueo a la hora caracterizar  lo que fue la jerarquía nazi o la actuación de sus subordinados, sobretodo si se les compara con las representaciones de sus enemigos que hacen los rusos, los anglosajones, y franceses; este aspecto hay que destacar películas alemanas como «El hundimiento», donde observamos en toda su tragedia humana al Hitler de los últimos días, o la serie dedicada a Albert Speer, el Primer arquitecto del Tercer Reich (1934-1939) donde se nos dibuja la desconocida para nosotros calidez con el Führe se relacionaba con sus colaboradores más cercanos.

 

Pero no todo gira alrededor del dictador, para comprender el fenómeno del nazismo y la relación de sus militantes con la maldad, nada mejor que Hannah Arendt, película en la que, como ya he comentado en otro momento, los alemanes apelan al testimonio de la filósofa hebrea del mismo nombre para banalizar la maldad que se les atribuye desde la derrota de mayo de 1945, un mal que se habría banalizado aún más si conociéramos mejor los crímenes cometidos por el otro bando, no sólo durante la guerra sino también tras la victoria, es de lo que nos da cuenta Una mujer en Berlín.

Este drama histórico realizado en el 2008, nos cuenta, como nunca se había hecho esta el momento lo que tuvieron que sufrir y hacer por sobrevivir las familias alemanas, en particular sus mujeres durante la invasión de Berlín por las tropas soviéticas en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, es decir aquella parte de la historia que nos escamotearon en películas que de alguna manera abordar sobre esa misma etapa como la norteamericana “A Foreing Affair”, de Billy Wilder o “El matrimonio de María Braun”, de 1978 realizada en la antigua RFA por Rainer Werner Fassbinder.


Se calcula que para 1948 y desde la caída de Berlín unas 100.000 mujeres, muchas de ellas ancianas, fueron violadas por la soldadesca soviética, la practica pudo haber comenzado con la entrada del ejército rojo en Alemania, pues existe una película donde se ve al Goebels, en Ministro de Propaganda Nazi denunciando esta práctica como forma de arreciar las fortaleza de sus compatriotas frente al enemigo, no es de extrañar pues el modo en que se suicidó quitando la vida también a su mujer y a sus hijos.

Sin embargo las películas mencionada, a pesar de abordar ese mismo períodos atenúan la humillación de los vencidas centrándose en la prostitución más o menos voluntaria al que se tuvieron que entregar las alemanas con los soldados norteamericanos, en la primera romantizando la relación con el ocupante, en el segundo presentando su cara más descarnada de esta entrega. Pero en cualquier caso se nos sugiera algo de lo que pasaron los alemanes tras ser “liberados” por los aliado, algo de lo que ni por asomo se nos cuenta es aquella celebre magnificación de la ocupación estalinista de la capital alemana que es la película soviética conocida como La batalla de Berlín o “Liberación” (Освобождение)de 1969-71, hecha por los directores Yuri Ozerov y Julius Kun. Visto está que tanto ayer como hoy la violencia sexual se ha utilizado como arma de guerra, y no sólo en África.

“Una mujer en Berlín” es de cierta manera un ajuste de cuenta con las películas mencionadas en particular con la última, a la que da una estocada histórica combinando alguna las escenas más denigrantes de la ocupación con el sonido de los indiscutiblemente bellos himnos soviéticos que el cinéfilo asocia con la gesta de la Gran Guerra Patria, algunos de los cuales podemos escuchar en la película norteamericana, pero con un objetivo diametralmente opuesto, el legitimar a nivel emocional la alianza establecida por las democracias anglosajonas con el régimen soviético.

El problema es que con Anónima, nos encontramos con un realizador que habiendo nacido a muy en los años inmediatos a los hechos que se narran, parece conocer muy bien la historia que nos cuenta, me refiero a Max Färberböck (Baviera, Alemania 22 de septiembre de 1950), un creador que da muestra en esta obro el mucho oficio que le otorga una carrera, iniciada como Ingmar Bergman en el ámbito del teatro, en este caso el argentino e italiano, y completada con estudios en la Universidad de Televisión y Cine de Múnich, un hombre que despuntar con su largometraje Aimée y Jaguar consiguió la nominación en los Premios Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa. Así como al Oso de oro en la edición 49º del Festival Internacional de Cine de Berlín.

Pero más que el director lo que debería interesarnos es la vida de la persona de carne y hueso en la que se basa “Una mujer en Berlín”, se trata de Marta Hillers (1911-2001) interpretada en la película, de manera más que convincente por la actriz Nina Hoss. Hillers, había trabajado como periodista durante la era nazi, lo cual la convierte sin duda alguna y como a cualquier otro colega suyo que trabaje en un régimen totalitario en una suerte de propagandista, lo que no podía sospechar que aquella experiencia le serviría un día para poner su escritura al servicio de la verdad, cuando narrara y los horrores que le tocó vivir desde el 20 abril hasta 22 junio 1945, durante y después la famosa batalla de Berlín, esa dela que parecerían habernos contado todo en su Берлин (Berlin) del mismo 1945 los realizadores soviéticos Yuli Raizman y Yelizaveta Svilova.

Hillers parece haber tenido un talento especial para las lenguas extranjeras, estudió en la Sorbona, viajara por Europa, incluida la Unión Soviética, donde aprenderá un idioma, el ruso que como vemos en la película en más de una ocasión le servirá, lo mismo para salvar la vida que para denunciar al alto mando soviético, sin que le hiciese mucho caso, lo que estaban haciendo sus soldados contra la población civil.

La obra y la película describen lo acontecido con un con un grupo de mujeres descubiertas por los soviéticos cuando estaban escondidas en un sótano en la parte este de Berlín. Autora recuerda la catastrófica noche del 27 de abril de 1945, fue arrastrada hacia un pasillo y violada colectivamente por los soldados. En los días que siguientes buscar¡a al oficial soviético de más alto rango en el barrio y se entregará a él como vía de protección, lo mismo que harán muchas compatriotas suyas, como forma de atenuar la violencia a la que estaban siendo sometidas, además de conseguir un poco de comida y otros lujos para sus familias, incluidos hijos y maridos.

La verdadera autoría de ese relato autobiográfico que es el que da sustento a la película, sólo fue dada a conocer por el en el Süddeutsche Zeitung, en el 2003, es decir dos años después de la muerte muerte de la escritora, el autor de la revelación fue el editor literario alemán Jens Bisky, el hecho molestó mucho al poeta y ensayista alemán Hans Magnus Enzensburger responsable de la reedición alemana de Una mujer en Berlín, insistiendo en que la autora murió deseando permanecer en el anonimato. El libro fue publicado por primera vez, en inglés, de forma anónima, en Estados Unidos en 1954 (un año después de la muerte de Stalin) más tarde, en 1955 la obra es reeditada en el Reino Unido por Secker and Warburg. Para ese entonces Hillers, que ya había abandonado, el periodismo se había casado (en 1950) y se había trasladado a Ginebra.

En 1959 la escritora publica sus memorias en su lengua natal, el alemán, con la editorial suiza, Kossodo. La obra, cuya autora aún no es conocida por los lectores, es duramente atacada por la critica que la acusa de inmoral, de mancillar el honor alemanas y ser una burda propaganda anticomunista, todo lo cual dificulta sus ventas, que es una de las maneras en de censurar en las sociedades abiertas.

En resumen que en ese momento los alemanes no estaban preparados o autorizados para enfrentarse descarnadamente (como lo están haciendo ahora) en el espejo del arte a lo que habían vivenciado en carne propia tras la ocupación de su patria por las fuerzas aliadas, las cuales fueron cómplices en la manera de castigar por partida doble a un pueblo que sin tener culpa de los crímenes cometidos en su nombre había tenido en principio la osadía de respaldar a un partido que predicó y hasta cierto punto practicó un socialismo nacional. Se trata de aquel partido llamada por sus enemigos y de manera despectiva “Nazi”, que jamás hubiera llegado al poder sin la ayuda de bancos y compañías extranjeras, y mucho menos del caos y las necesidades provocadas en Alemania por los que la derrotaron durante la primera guerra Mundial, sometiendo a condiciones de vida onerosa, la republica del Weimar, nacida precisamente de la revolución democrática que LES facilitó la victoria, un partido que heredó los institutos y las ideas raciales también financiadas desde el exterior y que para el beneplácito de los maltusianos del mundo, comenzó aniquilando alemanes antes que judíos, con el cuento de la eugenesia y cuya rebelión contra sus auténticos creadores externos – estoy convencido de que el nazismo pese a toda su demagogia fue en sus orígenes ser una construcción contra el pueblo alemán que una emanación de su espíritu – parece haberse iniciado entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934, cuando tiene lugar la sanguinaria purga dentro del propio Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán que eliminó figuras determinantes para su ascenso al poder como la del Ernst Röhm, el jefe homosexual de la Sturmabteilung (SA).

El caso es que a Hillers le estuvo vedado volver a publicar su libro y menos con su nombre, estando viva, eso sí de la misma manera en que circulaban los samizdat en la URSS, así circuló la aquella biografía en Alemania, en forma de fotocopias. Y no será hasta un año después de la muerte de la escritora, fallecida a los noventa años, que Eine Frau in Berlin volverá ver la luz ahora en Alemania formando parte de la serie Die Andere Bibliothek, también se publicará una nueva traducción al Inglés, por la editorial Virago Press. Los tiempos han cambiado, ya no existe la Unión Soviética, los viejos comunistas no se llaman por su nombre y el feminismo campea por su respeto como la misma fuerza que antaño tuvieron las ideas marxistas en los medios intelectuales, en este contexto donde los hombres se dividen entre bestias violentas (los soldados soviéticos) y maridos consentidores los ciudadanos alemanes, los testimonios de la alemana encaja como anillos al dedo por lo que sin la menor barrera y muchas fuerzas detrás “Una mujer” convierte en éxito de venta, así de oportunistamente funciona el mercado de la literatura, y por tanto de su continuaciones en el terreno de las artes como puede ser el teatro o el cine.

Por supuesto siempre se pude seguir debatiendo hasta qué punto lo que se nos cuenta en una obra se encuentra permeado por una ideología y por tanto afectado en su fidelidad a la realidad, en el caso de esta película alemana por muy bien que nos caiga hay se pueden descubrir momentos de subjetividad que nos demuestran que siempre existen tabúes incluso para las mentes más abiertas en impenitentes, por ejemplo lo vemos en el tratamiento de la figura del solado mongol tan diferente a aquellos de sus antepasados al que el cine ruso siempre ha machacado, como puede todavía puede verse en La Horda, (Орда) película de 2012, supuestamente hist¡orica, realizada por Andrei Proshkin y escrita por Yury Arabov.

Pero el mongol de «Una mujer en Berl¡in» a penas se parece a los de Proshkin, con su aire mas de lama que de nómada musulmán, en el filme alemán luce mas bien como un figura pasiva, poco agresiva exclusivamente cultural y obediente en el custodio de la mujer de su jefe, de ser así sería el soldado excepcional dentro una tropa que fue conformada por millones de asiáticos arrancados de la estepa y convertidos en carne de cañón como elemento de la victoria y luego como participe en el castigo del derrotado, para lograr su doble humillación el de ver a sus mujeres sometidas sexualmente por aquellos a los que el propio vencedor consideraba inferior, algo similar a lo ocurrido en España cuando los nacionales, pese a todo su catolicismo dejaban que los “moros” (se cree que unos 80.000 marroquíes fueron reclutados en los tres años de guerra por los nacionales) que les acompañaban en las cruzada contra los » sin Dios» violaran mujeres anarquistas, socialistas, comunistas o republicanas durante la guerra civil.

Por supuesto no sólo violaban esos soldados procedentes de la colonia norafricana y que vemos en tan denigrante acción en la película Libertarias, rodada por Vicente Aranda en 1996, también lo hacían el resto de los participantes en ambos lados de la contienda; Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, marqués de Queipo de Llano, uno de los cabecillas principales del alzamiento contra el gobierno del Frente Popular, destacado por en uso de la radiodifusión instrumento de la guerra psicológica, usó la amenaza de agresión sexual contra las mujeres del bando opuesto al decir en uno de sus discursos radiales: «Legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y a la vez a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estos comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones», milicianos por cierto que tampoco podían tirar la primera piedra en el asunto de las violaciones, en especial las de monjas.

 

Volviendo a Anonyma, que en compensación por su buen mongol nos regala una justificada infracción del código feminista contra el que no se atreverá  una serie producida por UFA en 2013, titulada en inglés Generation War y en Alemán: Unsere Mütter, unsere Väter, literalmente «nuestras madres, nuestros padres».

Esta realización de Philipp Kadelbachque a pesar de compartir la misma tesitura realista del nuevo cine alemán, intenta transmitirnos el mito de la solidaridad femenina por encima de cualquier circunstancia, lo hace mediante la intervención de la enfermera soviética para impedir a un compañero de armas violar a una alemana, puede que esto haya ocurrido alguna vez y por supuesto sería digno de alabanza por el mensaje más que feminista, humanista que transmite, pero dudo que haya sido la norma, conociendo la naturaleza humana se me antoja que las relaciones entre las alemanas y las soviéticas más que de solidaridad debieron ser de competencia, de pronto aquellas enfermeras perdían el monopolio de la oferta sexual que habían conservado en una ejercito mayoritariamente masculino frente a la competencia a veces desleal que le ofrecían las alemanas, dándose la paradoja de que las soviéticas, en su rol de amantes de la oficialidad fuesen destronadas por las ”derrotadas”.

Así pues, estamos en presencia de una obra cinematográfica que no solamente resulta irreverente frente a aquella vieja mitología soviética que, hoy, desde el oriente de Europa, Putin de intenta restaurar, no sólo en el interior de su país, sino también en el exterior, usando medios como Rusia Hoy, sino también resulta subversiva, aunque a simple vista no lo parezca con respecto a la ideología oficial imperante en la parte occidental del viejo continente, basta con esto entre otros méritos, dramaturgia, escenografía, sonido, etc., para aplaudir y recomendar esta película.