- Cuadro de Barrio Cuba
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Cervantes de Estocolmo: una fuente inagotable de recursos culturales
Hoy he estado en el Instituto Cervantes, donde he recibido dos noticias, la primera que acababa de llegar a la biblioteca de la institución una obra de la cual soy coautor La revolución Cubana Miradas Cruzadas; serie de ensayos de gran utilidad para quienes quieran conocer ese proceso, tanto en su dimensión nacional como internacional.
La segunda noticia me la dio amablemente su director Ferrán Ferrando Meliá, y es la que dejará la Institución para irse a trabajar a una Universidad de su país. Me alegra mucho por él, por los cambios de aires y porque, salvo que se haya nacido en ella y sin negar sus bellezas. no es Suecia un país para vivir toda la vida, dichosos pues quienes como Ferrando, una vez cumplida su misión y muy bien cumplida por cierto, pueden dares el lujo de regresar a la patria que les vio nacer, y me alegra aún mas por él ya que en todas las actividades que cubrí para Cuba Nuestra, siempre conté con su apoyo, digo esto sin desmerecer el afable tratamiento que recibí de su antecesor, el señor Gaspar Cano .
Supongo que esta coincidencia nazca del reconocimiento por los dos directores del Cervantes, de que Cuba Nuestra, conciente de la importancia cultural de esa institución, ha sido el medio en Suecia que mas información ha ofrecido sobre los eventos del Instituto, y así lo seguiremos haciendo.
Mas lo que me condujo al Cervantes en esta ocasión no fue actividad alguna, si bien descubrí y disfrute allí de una interesante exposición de artistas catalanes. Mi objetivo era la de devolver dos películas en la biblioteca, que me han resultado de gran utilidad, una en el terreno profesional, la otra en el terreno espiritual.
La primera era El Cid, una producción de Estados Unidos, de 1961. Dirigida por Anthony Mann e interpretada Charlton Heston y Sophia Loren.
Con ella y doblada al castellano culminaba un intento de, sino de atraer, al menos de sembrar en mis alumos de Español como legua extranjera, el interés una obra literaria fundamental en nuestra cultura: El Cantar del Mio Cid
Se trata de una estrategia pedagógica iniciada con otro préstamo del mismo Centro, el animado titulado El Cid: La leyenda , dibujos animados de 2003, dirigidos por José Pozo, y basada en la historia del propio Cid Campeador; Rodrigo Díaz de Vivar.
Debo reconocer que el filme norteamericano no fue el que mas gustó a mis alumnos, sino el español y no creo que solo fuerse por el encanto del cartoon, o lo dinámico de una obra reciente, es que desde el punto de vista artístico el segundo resulta en mi opinión superior, y así parece haberlo captado uno de mis alumnos quien con la espontaneidad de los adolescentes exclamó que parecía filme norteamericano una película de aficionados.
Barrio Cuba
El Segundo filme devuelto, es una película de autética factura cubana con cierto financiamiento español titulada Barrio Cuba y es lo mayor que he visto de su director Humberto Solas.
Hablo de un creador en quien si bien reconozco su gran profesionalidad, nunca había hallado nada que me atrapara, que me hiciera decir, esta obra hará historia, Barrio Cuba, por los cánones que rompe dentro del cine cubano y por lo bien que se vale de los códigos del cine de la pobreza si lo hará.
Estrenada en el 2005 este drama de 106 cuenta con un reparto de actores de los mejores que tiene Cuba, y si alguno de ellos no lo era, Solás ha logrado exprimirle el jugo de una manera brutal, ahí tenemos interpretando historias aparentemente inconexas pero dentro de una misma realidad, la cruda del llamado período especial a: Luisa María Jiménez, Jorge Perugorría, Isabel Santos , Mario Limonta , Adela Legrá, Rafael Lahera , Yeandro Tamayo , Ángel Toraño, Enrique Molina y Rubén Araujo.
Isabel Santos, artista de mi generación que no deja de sorprendernos en cada nueva obra en la que trabaja, magistral en su papel de farmacéutica convertida por amor en devota de la Virgen de la Caridad
El guión fue escrito por el propio director con la colaboración de Elia Solás y Sergio Benvenuto. Mientras que la fotografía, una de las mejores cosas que tiene la película es de Carlos Rafael Solís.
Sin duda alguna se trata de una película realista, apartada de todos esos canónes mal llamados socialistas en los que vemos a un “hombre nuevo” triunfante frente al acoso imperialista.
Aquí no se trata de héroes, sino de seres humanos que aman y sufren en un contexto catastrófico, del cual y quizás este sea el único pecado de la película sus responsables no aparecen por ninguna parte, a saber la falta de voluntad para solucionar los problemas acuciantes de la población que tiene el gobierno cubano y en por si esto fuera poco la voluntad del gobierno norteamericano con su embargo y otras medidas punitivas de agravar los males de esta población.
No es que los problemas de Cuba no se hayan mencionado anteriormente en el cine oficial, de alguna manera han sido tocados, aunque sin la profundidad con la que lo tratan algunos videoastas independientes, por no decir abiertamente disidentes u opositores.
Lo que si hay que reconocer es que pocas veces su tratamiento ha sido de manera tan desgarradora y a su vez cuidadosamente artística, explotando con toda sensibilidad esta estética de la miseria que casi sin querer se ha ido tejiendo entorno al ícono de lo cubano, incluso por otros discursos visuales como el de la publicidad.
Aquí vemos hombres y mujeres que aman, que se venden, que se corrompen y para usar una palabrita usada por el director en la entrevista que acompaña a la película en el DVD, no claudican, expresión muy propia de “quien tu sabes” solo que ese no claudican, sin apellidos, le da un matiz de trascendencia y universalidad a las tragedias que se están viviendo en esta película que definitivamente no es para reís, sino para sufrir sobretodo cuando se es cubano o se siente un mínimo de empatía con este pueblo atrapado en una especial de ratonera de la que ni la emigración o el exilio de libra definitivamente.
Particularmente curioso es el tratamiento que se le da al hombre que degradado por el alcohol y la tristeza se ve empujado a delinquir, hay una especie de reivindica de ese ser humano caído en el fango y trasgresor de leyes que suele resultar inusual en el cine socialista.
Otro aspecto radica en el tratamiento de la religión a la que parece concedérsele el derecho al milagro y al entendimiento del alma humana que siempre se le ha negado desde la tribuna del ateismo científico.
Esta película deberían verla todos, aquellos que defienden el gobierno cubano y busca su vía para sacar a los pueblos de la miseria, que para que viera lo que puede traerles la receta. Pero también deberían verla quienes movidos por un espíritu de venganza y una ciega ideología, se las arreglan para agravar a aún mas la miseria en que viven personajes de carne hueso, hombres y mujeres, blancos negros y mestizos, cuyas vidas, tragedias, grandeza y miserias que tan bién Solas y sus actores han sabido representar.
Humberto Solas, murió en septiembre del año pasado, había fundado el Festival de Cine Pobre que desde seis años atrás se celebraba en la oriental ciudad cubana de Gibara.
Muchos le recordarán por otras obras suyas, como Lucía, Manuela o El Siglo de las Luces. Para mi y perdóneme que me repita lo que le hará descansar en paz, lo que le llevara a la gloria será este Cantar de la Mia isla, que es Barrio Cuba.
Si puede, no deje de verla. Ahí la tiene entre otras muchas piezas del literatura y cine iberoamericanos, en el Cervantes de Suecia.