A propósito de «Gay». De la despenalización de la homosexualidad a la satanización de la cultura heterosexual

31 Oct

Cartel colgado en el Metro de Estocolmo, invitando a las relaciones homosexuales en el baño de “caballeros” con motivo de la celebración del festival de orgullo gay

Leo con sumo interés el artículo «Gay» publicado por Eduardo del Llano en su blog. Salvo el chiste final, muy bueno, aunque me recuerda un poco la mofa que le hacen a Sean Conery en un capítulo de «Family Gay», se trata de una nota políticamente correcta para los tiempos actuales.

Por razones más políticas que médicas La homosexualidad está siendo retirada de los catálogos de trastornos mentales en todo el mundo, con excepciones como la Rusia de Putin, donde por el momento «los putos no pasarán», como tampoco irán a Irán. Mientras se siguen castigando o intentando curar otras parafilias cuyos practicantes y activistas ya están reclamando la misma aceptación que los homosexuales, me refiero a los bestialistas y a los pedófilos por citar los casos más conocidos.

Así mismo hay una tendencia a criminalizar la heterosexualidad colgando el cartel de homófono a todo el que intente crear modelos de ese comportamiento sexual para sus hijos
Así se mueve la sociedad global y Cuba no puede escapar a ello, como expresa este texto.

Ayer lo avanzado era defender el derecho del homosexual a no ser criminalizado, hoy la ruptura está en defender la legitimidad de la heterosexualidad frente al embate de la cultura gay y la agenda mundial homosexualista.

Y aunque se nos alerta de todo momento contra la homofobia, en realidad, al menos en lo que se denomina cultura occidental, vivimos en tiempos de sutil heterofobia, entendida esta como la expresión mas irracional de la vocación por desarmar e inhibir el paradigma procreativo como modelo de la relaciones sexuales.

Se trata de la inversión de un proceso histórico -no menos inducido e impositivo que el que impultan los heterófobos- desde el poder, el de promover las relaciones reproductivas entre los sexos humanos, un paradigma que ni mucho menos ha sido eterno, o particular de las sociedades mas represivas. Recordemos que la homosexualidad nos solo ha sido aceptada, sino incluso exaltada lo mismo por los regímenes despóticos de China y Japón como por las primitivas comunidades indígenas de Norteamérica, donde el individuo era atenazado por estrictos códigos religiosos y culturales.

Homosexualismo y religión: de  la divinación a la vista gorda

Ciertamente los homosexuales como los heterosexuales se han visto obligados a pagar cara sus inclinaciones en diferentes momentos de la historia, en otros las prácticas de los primeros no solo han sido aceptadas sino incluso divinizadas. Para llegar a esta conclusión no hace falta otra cosa que leer el libro «Sexo y Religion» de Dag Øistein Endsjø, profesor de Religión de la Universidad de Bergen.

Por este libro podemos saber de la aceptación entre los indios de las tribus Cheyene, Koowa, Lacota, y de los Navajo por citar algunas, del matrimonio de un hombre con otro de «dos almas», y esto no les impedía ser excelentes guerreros o respetados caciques como es el caso del famoso Caballo Loco, quien tenía en su harén, un par de «mueres» winkte que es como se le llamaba a estos hombres que hacían papel de mujeres.

Si cruzamos el Pacífco, conoceremos por esta obra la historia de Mitsuo Sadatomo, un piadoso japonés del siglo del siglo 14  quien, tras 14 días de aislamiento se le apareció el espíritu del santo budista de siglo 7 Kobo Daishi para explicarle el misterio del amor por un hombre joven. De ahí salió el Libro de Kobo Daishi, publicado en 1598 sobre como el monje debe seducir a los novicios. No era esta una historia excepcional, sino lo habitual en los templos japoneses donde se practicaba el budismo esotérico.

Ya entre los años 1300 y 1500 había florecido un genero cuyo nombre japonés, resultará muy sugerente, sobretodo para mis lectores mexicano: «chingo monogatari» que trataba de las relaciones entre los monjes hechos y derechos y los novicios «Chingo» las historias terminaban con la perdida por parte del monje de su discípulo, lo cual significaba un crecimiento en sabiduría.

Mas adelante, en el año 1667, aparece el libro de Kitamura Kigin, consejero de los shogunes Tokugawa, titulado las flores de Azalea, se trata de un conjunto de poemas homo eróticos en los que el budismo juega un papel central, abordando el mentado tema del amor entre el monje y el novicio.

Pero no solo el budismo era asociado con , según el libro «El gran espejo del amor de hombre» escrito en 1684 por Ihara Saikaku la homosexualidad había nacido con los inicios de los tiempos tal y como se describen el la mitología del shintoismo.

La homosexualidad fue plenamente aceptada en Japón hasta que siguiendo un modelo alemán es prohibida en el año 1873 y aunque 10 años mas tarde, por consejos de los franceses es levantada la prohibición, ya para entonces había perdido su aceptación general y sobretodo su vinculo central con la religión.

Dag Øistein Endsjø cuenta que los chinos no se quedaban atrás en la aceptación de la homosexualidad y nos refiere entre varios obras clásicas que avalan las practicas homosexuales de aquella civilización, un relato escrito 200 años antes de Cristo por el filósofo Ha Fei Zi, donde se narra el amor entre el gobernante de Wei y Mizi Xia, a finales del los años 500 antes de nuestra era, y cuenta como Mizi prefirió compartir un melocotón con su amante, desde entonces una fruta de este tipo medio comida es símbolo del amor absoluto entre los hombres.
Esta aceptación general de la homosexualidad en China y Japón, y en particular su practica entre los monjes puede contemplarse a la luz de puede ser vista a la luz de la resistencia que le hacía el budismo a la heterosexualidad, una ver que dicha doctrina consideraba un problema la fecundación.

Así tenemos que el Tíbet no solo era aceptada la relación homosexual discreta sino que existía ordenes enteras famosas por el deseo que sentían sus miembros por otros hombres, tal es el caso de la orden Ldab-ldob, considerada híper masculina y combativa, tanto que era cantera de guardaespaldas. Pues bien se dice que estos monjes guerrero no solo sostenían relaciones con los novicios, sino que también eran dados al secuestro de aquellos adultos masculinos que les atraían.

A diferencia del El budismo Mahāyāna que es el que entró en el Tíbet, no existe mucho aceptación de la homosexualidad dentro de la escuela Therevada , la más antigua y conservadora del Budismo que es la que extiende por el sur de Asa, pero aún en ella se castiga mas fuertemente las veleidades heterosexuales que las homosexuales de sus monjes, y esto se explica claramente por el hecho de que los trapos sucios de una relación homosexual eran mas fáciles de lavar en casa que las consecuencias familiares o de otro tipo que trajera la relación con el otro sexo.

Lo que si hay que reconocerle al budismo es que no aceptaba la homosexualidad femenina, de la misma forma que lo hacía con la masculina, y que las reglas impuestas a las monjas eran mucho mas duras que las de los monjes. , a ellas les estaba prohibido dormir en una misma cama, hablar de sexo entre si, desnudarse delante de otra o bañarse en las mismas aguas.
Los hindúes a diferencia de los budistas tenían no sólo aceptaban las relaciones homosexuales masculinas tino también las femeninas ambas practicadas en esa locura de avatares que caracteriza su colorido panteón, incluso en el Kamasutra se detalla la manera en que dos esposas de un mismo harem se satisfacen mutuamente usando frutos y verduras.
De los griegos ya sabemos que sus dioses no eran precisamente un echado de virtudes heterosexuales, que puede esperarse de sus simples mortales. Zeus se enamora del joven Ganímedes, Apolo de Hyakinthos, mientras que Poseidón hace otro tanto con Pelops.

Los templos eran verdaderos centros de encuentro homosexual y todavía se encuentra escritos en la pared del tipo «Aquí Krimón penetro a Amotion». Aunque la homosexualidad estaba institucionalizada de diferentes maneras de las distintas ciudades estados habían reglas generales que reflejaban de alguna manera tanto la relación entre los dioses y los humanos, como las heterosexuales, de modo tal que a la aparte mas joven de la pareja le tocaba hacer el papel pasivo y al mayor el activo. Lo que no se veía bien era el sexo entre coetáneos, lo cual era tomado como una señal poco menos que de animalidad.

Como entre los budistas la homosexualidad femenina tampoco era bien vistas vistas, por no decir no vista, el caso de poetisa Safo era mas excepción que regla.
Por su parte los romanos compartían con los griegos y ciertas ramas del budismo la creencia sobre la divinidad de la relación homosexual. Ahí tenemos el caso el emperador Adriano que convirtió en objeto de culto a su joven amante Antonius, ahogado en el Nilo 130 anos antes de Cristo.

Terminemos sintetizando lo mucho que dice de las tres religiones hermanas el autor de este interesante libro. Es verdad que los judíos tiene prescriociones muy claras contra la homosexualidad en ciertos pasajes de la Biblia, sin embargo en otros pasa por alto la condena de la cosa, concretamente cuando se describe el amor entre el príncipen Jonás y el joven David.

Por su parte el famoso pasaje de Lot y Sodoma, no queda muy claro si el castigo divino es por la costumbre de los habitantes de darles por el culo a los forasteros o negarle el hospitalario recibimiento.

De Cristo no se conoce condena alguna contra la homofobia, mas parece preocupa la regulación de la relaciones heterosexuales. Es Pablo, ideólogo y no profeta qiine critica la homosexualidad por vez primera dentro de la secta cristiana.

En cuanto a los musulmanes, como recuerda Øistein Endsjø, resulta que los castigo que ordena el Corán para los actos homosexuales, son muchos mas leves que los que se observan para las infracciones de corte heterosexual, y si bien en los hadices atribuidos a Mahoma, las condenas a los que tiene sexo con su propio sexo, pasan de los latigazos a la pena de muerte, en la practica el mundo musulmán han sido mas tolerante como la homosexualidad de lo que fue el occidente de la modernidad. De entrada para no se puede acusar a un individuo con menos de 4 testigos salvo de que se tratara de una orgía donde todo el mundo está implicado dudo que aparecieran tanta gente para testimoniar una relación intima como se supone es la homosexual.

De la tolerancia islamica con esta inclinación dan fe. desde los poemas dedicados a otros hombres por los poetas de la España musulmanas hasta fotografias que muestran prácticas actuales de los Pastúnes y otros pueblos de Afganistán (de las que he halbado en este blog) donde se acepta la relaciones de adultos con menores como resultado de la segregación, o para decirlo con claridad, de la represión que existe sobre la relación heterosexual, en mi opinión causante por exelencia, auqnue no única, del homosexualismo tanto en el mundo humano como animal.
El caso es que no poco intelectuales homosexuales europeos quedaron fascinados, en medio de las utopias de placer, propias del orientalismo del siglo XIX, con la facilidad que había de encontrar amantes masculino en las tierras musulmanas, el caso típico es el del escritor André Guide, quien exalta de manera poética el modo en perdió la «inocencia» 1894 los desiertos del Argelia, en manos de un joven musulmán llamado Ali.

Por último ya que abordamo de aceptación de la homosexualidad podemos hablar de un sinnúmero de reyes que se dedicaron a esas practicas sin perder el respeto de sus vasallos por ello, tal es el caso, entre muchos, del Emperador Bizantino Nikeforos I, Ricardo Corazón de León, y Pedro primero de Rusia, un país que ya en tiempos de Iván el Terrible llamaba la intención a los forasteros por extendido y tolerado de la homosexualidad. Es como si despotismo y relación con el mismo sexo mas que enemigos fueran siempre cogidos de la mano.

Así que podemos llegar a la conclusión de que si por un lado los homosexuales lo han pasado mal, también han tenido tiempos de exaltación y privilegios, incluso en sociedades extraordinariamente jeraquizadas y autoritarias, tiempos que parecían pertenecer al pasado pero que ahora retornan con mas fuerza que nunca, de un modo mas impuesto que natural.

La heterofobia conquista la academia

El gran peligro de nuestro tiempo radica en el revestimiento entre «liberador» y «científico que adquiere la heterofobia, basta con ojear el libro «Protection of Sexual Minories since Ston ewall: Progress and Stalemate on developed and Developing Countries, para darnos cuenta de ello.

Se trata de una compilación de «investigaciones», editada por Phil C.W. Chan, graduado de la Universidad de Hong Kong e investigador de la Facultad de Leyes de la Universidad Nacional de Singapur, que lleva como prólogo una nota del célebre Arzobispo Anglicano, Desmond Tutu. Recordemos que se trata del Premio Nobel de la Paz en 1984, que jugó un papel fundamental en la aniquilación del Apartheid y el triunfo en 1994 del ANC en Sudáfrica, pero que poco ha podido hacer para frenar la corrupción política, el caos moral y la epidemia de sida que asola a su patria natal, lo de siempre, cada vez que inglaterra, en este caso mediante su iglesia, mete la garra.

En principio el libro, aunque se proponga lo contrario, nos permite cartografiar el acorralamiento paulatino de la cultura hererosexual, y por lo mismo, los éxitos obtenidos a nivel mundial por el movimiento homosexualista partir de aquella suerte de «Sierra Maestra» gay que fuero los disturbios de Stonewall en el Nueva York de 1969, un evento en el que, según se nos ha narrado una y otra vez por la media que subordinada a la agenda gay, un puñado de «locas» -perdone lo incorrecto de la expresión- hizo correr como locos a las fuerzas policíacas de la zona.

La orientación ideológicamente homosexualista de los autores compilados en este libro se manifiesta, no tanto en los datos que nos aportan, por lo general ilustrativos, como en las prepuestas que hacen encaminada a barrer los últimos vestigios de una codificación que intenta sino frenar al menos administrar la expansión de las prácticas sexuales dentro de un mismo género.

Así tenemos que lo que le preocupa a C.W. Chan es la existencia en los sistema de enseñaza de factores psicosociales y familiares generadores del rechazo a la homosexualida, para los que nos propone, como antídoto, nadamás y nadamenos que el uso del a Convención de Naciones Unidas para la protección de los derechos del niño. En otras palabras se esta sexualizando a la infancia en sentido gay para luego pedir su rescate internacional de mano de los tenebrosos «homófobos», estrategia muy usual dentro de este movimiento gobal.

Entre otros estudiosos tenemos aquí al señor Matthews T. Mercier, de la Escuela de Derecho de la Universidad de Virginia. Lo que le preocupa a Mercier es que los homosexuales no hayan sido capaces de crear una verdadera alianza con los llamados straights a la hora de reclamar unos derechos de ique según el investigador garantiza la Primera enmienda de la constitución norteamericana.

Por su parte lo que le molesta al doctor Philip N. S. Rumey es el tratamiento que se le da a una violación cuando la victima es masculina, y sobre todo gay lo cual siembra el escepticismo entre los policías que consideran la existencia de diferencias esenciales entre la violación de un hombre -algo que está ocurriendo cada vez mas a menudo en Suecia, según la prensa- y la de una mujer, sobretodo por la resistencia que el primero puede hacer, en este caso el investigador apela a que se cumpla con el artículo 4 y 14 del Acta de la Convención Europea de derechos humanos de 1998 referido a la investigación de las violaciones y a la no discriminación por motivos de orientación sexual.

Particularmente curiosa es la propuesta de San Winter, dela Facultad de educación de Hong Kong en China encaminada a despatologizar a las personas transgeneros que tanto abundan en Asia, siguiendo la misma fórmula aplicada en occidente con los homosexuales.

También resulta interesente lo que nos cuentan de los derechos de la las minorías sexuales en Japón los investigadores Marc McLelland y Katshuhiko Suganuma, quienes vuelven a lo que ya sabíamos la larga historia, bien documentada, de sexo y erotismo dentro de un mismo género el país del sol naciente. Según los investigadores durante el periodo Edo ( 1603-1867) no existía ley que regulara las relaciones entre los sexos, así lo mismo un samuráis que un sacerdote que un hombre común, pondia, dentro de ciertas reglas éticas, tener relaciones con personas del sexo opuesto o del mismo al que estos pertenecían.

Por cierto hagamos alto para recordar que el caso de los samuráis se muestra muy bien en la película japonesa de 1999, Gohatto, también llamada «Taboo»,dirigida por Nagisa Oshima y que nos cuenta la matanza que se forma en una escuela de entrenamiento cuando se incorpora Sozaburo Kano, de tan solo 18 años, de quien comienzan a enamorarse los bravos guerreros para luego matarse entre si manipulados por el mozalbete. La película aborda la pasión homosexual con la naturalidad de quien sabe que cuenta con un público dispuesta aceptar como natural ese tipo de sentimiento, no solo en Japón, sino en todo el mundo.

Volviendo al ensayo. Es con la occidentalizaciión del país durante el período Meiji, cuando comienza a ser cuestionada, la homosexualidad, como parte de la influencia de la medicina alemana en el país. A pesar de ello y de la cultura pronatalidad, no dejó de existir una especie de mundo homosexual sobre todo en el ejército, donde si hablar explícitamente de sexo se exaltaba la amistad y camaradería entre los soldados y donde era práctica generalizada que los oficiales resolvieran sus problemas sexuales con los bisoños. Luego vino la ocupación norteamericana, la postguerra y el crecimiento de la curiosidad del público por formas sexuales no procreativas, que era satisfechas por revistas y otro tiempo d publicaciones de la época.

En los años setenta aparece el movimiento lesbico Wakakusa no Kai así el partido defensor de los gay Zatsumi no Kai (Partido del pueblo misceláneo). Movimientos que van tomando un discurso mas bien occidental cuando abordan el problema de las minorías sexuales en un país donde como nos muestra la televisión española en El imperio de los «sinsexo» , un reportaje de su programa Documentos TV – el sexo de los heteros está en crisis, arrinconado sin duda alguna por el modelo industrial que es en realidad el verdadero enemigo de la reproducción sexual. Sus consecuencias para el Japón moderno, en términos demográficos, son peores que las de las bombas atómicas lanzadas contra ese país, durante la segunda guerra mundial

Los autores del ensayo sobre japón no pretenden que los japoneses del nuevo milenio regresen a las practicas homosexuales históricas pero si que una coalición internacional homosexalista tome en consideración el contexto cultural del movimiento gay y lesbico de ese país.

Estoy seguro que estudios como estos no son financiados por las minorías homosexuales, sino por quienes están interesados de que estas crezcan se desarrollar y prevalezcan como alternativas al al paradigma procreativo una forma de sexualidad humana que no contribuya al crecimiento poblacional, es de eso de lo que se trata mas que del derecho de una mujer a dejarse consolar por otra con el simulacro de un pene (entre otroas formas) o en de un timpo aficionado por activa y por pasiva a algo que se ve mucho en el mundo animal y por ello no se hace más humano: el coito anal.

Homosexualismo y soberanía nacional

Con un espíritu muy similar al de la obra anteriormente mencionada, fue escrito el folleto Kampen Mot Homofobi (La Lucha contra la homofobia) publicado en Junio de 2012 por el Instituto Sueco de Asuntos Internacionales. Recordemos que Suecia es una de los países del mundo donde mas ha avanzado la agenda homosexualista, sin más resistencia que la de algunas sectas religiosas o políticas más o menos marginadas.

La autora del estudio es Kristina Hultman, quien una entrevista publicada por el periódico conservador «Svenska Dagbladet» el 4 de febrero de 2008, reconoció, que al salir del armario a los 38 años, se sintió como en una segunda pubertad. Con tal declaración no nos cabe duda de la orientación ideológica, de la autora, lo cual no impide que podamos leer su trabajo como un baso medio lleno o vacío según sean nuestros intereses informativo, ene este caso conocer los avances de la ofensiva homosexualista a nivel internacional, bajo la nomenclatura de la cuestión Homo bi y transexual (hbt).

Así podemos conocer que en 1991 el tema del derecho al homosexualismo fue incluido entre los estatutos de Amnesty Internacional. Fue como con la desaparición de los regimenes totalitarios en Europa Oriental a los miembros de esa organización creyeran que se acababan los males del mundo y quedarían sin trabajo. La verdad es que millones de seres humanos han seguido desde entonces viendo conculcados sus derechos más elementales, y no presisamente en relación a la forma de obtener orgasmos, pero a los de amnistía parece sobrarle el tiempo y decidieron meterse en algo que tiene mas de cultural que de político ahun cuando se exprese en lo moral y lo juridoc, por eso con la iglesia y lo que no es la iglesia ya están topando desde entonces.
El caso es que por primera vez, en 1997 y gracias a la nueva orientación de Amnistía pudo se considerando una miembro (¿miembra?) de la «comunidad» hbt como presa de conciencia, se trataba de la rumana Mariana Centiner, arrestada en la ciudadela transilvana de Alba Julia por haberse llevado otra mujer a la cama.

Aquí se aclara que tras el derrumbe de la URSS los derechos de los homosexuales se fortalecieron en caso todos los países ex socialistas salvo excepciones como Rumania, Bosnia y Macedonia. Dice la autora Hasta la ley estalinista que castigaba la homosexualidad con penas de cárcel fue eliminada en 1993.

Quiero aprovechar aquí para recordar que no solo Stalin castigaba la homosexualidad, sino también occidente hacía otro tanto. Ya se conoce el asunto de la persecución de los homosexuales por Hitler, una persecución que pese a lo que se decía en Mi lucha comenzó relativamente tarde, tanto que el jefe de los grupos de asalto SA nazi, Ernst Roehm, era bisexual, Hitler lo sabía y cuando le venían con el chisme le restaba importancia a ese aspecto de la vide intima de su compañero. Otra cosa es cuanto Roehm cae en desgracia por las intrigas de Himler. Para colmo Hitler decide congraciarse los sectores mas conservadores de la sociedad alemana y lo hace subieno la parada a la persecución de los homosexuales, no se trataba de algo nuevo, ya 700 precticantres del sexo contra natura habían poblado las cárceles alemanas en entre 1930 y 1932, es dercir en tiempos de la liberal República de Weimar, antes de que los nazis tomaran el poder. A estos último, al igual que a sus odiados judíos -quienes consideraban el sexo solo donde hay penetración- el lesbianismo les tenía sin cuidado.

Luego llagaron los aliados y liberaron a los reos de los campos de concentración, a todos menos los homosexuales, quienes había sido repudiados por sus compañeros de encienrro y cuyos castigos encarcelamiento ordenado por tribunales nazis, fueron considerados legítimos por los vencedores. Y la cosa no quedó aquí. Una vez restablecida la república Federal Alemana en occidente los únicos ex reclusos de los nazis que se quedaron sin compensaciones por parte del estado fueron los homosexuales. Asi de universal era el rechazo de entonces a lo que hoy se llama denomina con el eufemismo inglés de chico alegre (gay). Como cambian los tiempos.

Retornando al folleto de Hultman. Un momento decisivo en la campaña de aceptación mundial del homosexualismo lo tenemos en el año 2007 cuando por iniciativa del Alto comisionado de Para los Derechos Humanos por la ONU, el jurista canadiense Louis Arbour se establecen los llamados principios de Yogyakarta, donde se explica como el derecho humanitario internacional habría de aplicarse en relación a las inclinaciones homo y bi sexuales, así como en relación a la identidad de Genero. Dictándole así a los estados como estos tenía que actuar en relación a la protección no solo de las personas hbt, sino también el caso de los intersexuales, es decir a quienes no tienen claro desde su nacimiento de su identidad de género.

De este modo, poco a poco nos vamos enterando de cuales son los países la agenda homosexualista ha ganado mayor terrenos, estos son además de la ya mencionada Suecia, Canadá, España, Sudáfrica, Australia, determinados estados de la Unión norteamericana,, Brasil y Argentina – a estas altura debería incluirse México. Del otro lado la escala de resistencia la tenemos comenzando con Arabia Saudita, Irán, Los Emiratos Árabes Unidos, Yemen seguido de un grupo de estados africanos.

En cuanto a China, las relaciones sexuales con el mismo género fuero despenalizadas en 1997, pero Hultman se queja de que cuando los homosexuales son arrestados se les encausa bajo las leyes contra juliganismo por los cuales pueden ser condenados a la pena máxima.

En los países bálticos todavía la tolerancia con los homosexuales no se equipara a la del resto de Europa, allí no se autorizan los festivales de orgullo gay, algo que comos sabemos tampoco permite en Rusia.

Este país es acusado por la autora de acrecentar la represión contra las personas hbt, y a pesar de que le cartelillo de enfermedad ha sido oficialmente retirados para los homosexuales, los gay siguen siendo tratados como enfermos por la población. Lo que mas preocupa a la ensayista es la nueva ley sobre la propaganda homosexualista promovida por el partido de Putin que entró en vigor en la primavera de 2012.

Algo muy diferente ocurre con los Estados Unidos de Obama, quien ha instruido a todas sus embajadas para que estén atentas a la opresión y discriminación de los homo, bi y transexuales, así que la ayuda para estas personas será parte de apoyo económico que ofrece Estados Unidos a nivel internacional. Esto crea la cuestión de que pasará con impotentes aliados de Estados unidos como Paquistán, Afganistán, Egipto, Etiopía, Irak y Sudan, donde los homosexualistas siguen siendo rechazados por motivos culturales y religiosos.

En cuanto a Suecia, por el folleto nos enteramos que 3, 3 millones de coronas de la ayuda para el desarrollo que ofrece este país son destinada a respaldar los derechos de las persona hbt, una cantidad que a la autora le parece «tímida».

A mi por el contrario me parece una suma exagerada, aunque ridícula se le compara con los recursos que presumo deben haberse destinado a crear no tanto el problema homosexual, cumo la cultura homosexual, un oranismo que crece emparejado con la inmiscusión del estado en la cama heterosexual, mismo persiguiendo a la prostitución hetero, pero no la homo -sin hacer lo mimo con la pornografía- sembrando el pánico el hogar a travez de medios, psicólogos, asesores y organizaciones feministas, incordiando hombres y mujeres, para luego legislar y castigar a la parte masculina del par por presuntan violaciones allí donde solo hay juegos sexuales o en el peor de los casos deseos de alguna avispada de esquilmar a un desprevenido «Don Juan», del tipo Julián Asange.

Así se va socavando y enlodando de heterosexualidad, mientas se victimiza la homosexualidad para luego elevarla a un pedestal divino, exactamente como hacían los pueblos primitivos.

Volviendo a Cuba

No se puede decir que la batalla homosexualista ya esté ganada en Cuba, pero que sus activistas están a la ofensiva, ganando trechos día a día es una verdad incuestionable.

En realidad existe un cierto respaldo institucional a este movimiento desde que el oficialismo comenzó a succionar fondos internacionales, como esos que ya vimos destina Suecia (y no solo ella) para las campañas de aceptación y luego promoción de la homosexualidad. El estado lo cubano lo hace mediante un órgano paraestatal como es el Cenesex que dirige Mariela Castro, Centro al que le sale competencia desde la sociedad civil cuando nace, en mayo de 2011 y desde la disidencia política el Observatorio Cubano de los Derechos de la Comunidad LGBT. Se trata del grupo encabezado por la activista lesbiana Leannes Imbert, que el 28 de junio de 2012 solicitó al Parlamento cubano la aplicación en la isla de los Acuerdos de Yogiakarta

Menos confrontacional, resulta el proyecto homosexualista «Arcoiris» cuyo acto público más reciente ha sido la entrega al Departamento de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Nacional «José Martí», de un disco compacto donde se compilan los boletines de La Noticia LGBT al día publicados entre diciembre 2008 y marzo de 2011, cuando sectores antihomosexualistas del aparato estatal frenaron el proyecto.

El estado cubano tienen compromisos internacionales que le hacen navegar a contracorriente de lo que predican o piden dentro del país de la tres carrileras del homosexualismo arriba mencionadas. Por ello y a pesar de que la cubana ha sido una cultura relativamente tolerante como el homosexualismo, La Habana, tomó partido a favor de Moscú cuando por iniciativa rusa se propuso al El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas una ley que pide tener en cuenta las características culturales, históricas y religiosas’ para evaluar los derechos humanos. Se trata sin duda alguna de frenar la ingerencia en el tratamiento interno que se le da, entre otros aspectos de los derechos humanos, al problema HBT y que ha recibido además del respaldo cubano y ruso, el de la Liga Árabe, Angola, Bangladesh, Burkina Faso, Camerún, China, Congo, Djibouti, Ecuador, India, Indonesia, Jordania, Kuwait, Kirguistán, Libia, Malasia, Maldivas, Mauritania Filipinas, Qatar, Arabia Saudita, Senegal, Tailandia y Uganda. Al final para espanto del movimiento gay internacional la resolución fue aprobada por 25 votos a favor, 15 en contra y siete abstenciones.

Pero se trata a todas luces de una maniobra para encajar en los intereses extranjeros, mientras tanto, al interior, el homosexualismo cuenta como una ambiente político general que favorece su crecimiento y aceptación, no solo dentro de población en general, sino también entre intelectuales mas o menos críticos, como hemos visto con el artículo de Eduardo del Llano que da origen a este escrito.

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