Entrada de La Universidad de Estocolmo. Foto: Carlos M. Estefanía
Tal como anunciamos en el periódico digital Cuba Nuestra, tuvo lugar, en el atardecer del 21 de abril, en el Instituto Latino-americano de la Universidad de Estocolmo, la conferencia: Mujeres de la Independencia, a cargo de la historiadora argentina, con máster en antropología social, María Clara Medina.
La investigadora latinoamericanista, activa en la universidad de Gotemburgo desarrolló su conferencia ante una biblioteca llena de público compuesto fundamentalmentepor mujeres suecas e hispanoamericanas, que se mostraron particularmente interesadas y activas en el conversatorio posterior a la charla, que fue por lo demás amena, coherente y clara.
La heroína peruana, Micaela Bastidas Puyucahua (*Tamburco, 1745 – Cusco, 18 de mayo de 1781), una mestiza con raices indígenas y africanas de la que se habló en la conferencia; fue mucho más que la mujer de Túpac Amaru II. En Cuba los niños de mi época supimos de ella por una serie de televisión dedicada a la sublevación encabezada por su marido.
Bajo el subtítulo de Locura y razón de las heroínas silenciosas y silenciadas, partiendo de un enfoque de género , y desde una base ideológica feminista, de la cual Medina se declara abiertamente militante, fueron abordado, ilustrados y sistematizados aspectos fundamentales para cuestionar la historia oficial de la independencia latinoamericana, entre ellos la invisibilización de la que han sido objeto muchas de las mujeres que participaron de uno y otro bando en el convulso proceso.
La estudiosa expuso las prácticas políticas y conspirativas homosociales -que no homosexuales- de la época, la manera en que fue utilizada la sexualidad o lo femenino como arma: desde la seducción y chantaje emocional del enemigo, pasado por el espionaje hasta el ocultamiento bajo las faldas de los fugitivos.
Así mismo se refirió a los diversos tiempos de castigos recibidos por las mujeres, según su clases social, castigo que seguía una escala que iba desde la internamiento o las confiscación de bienes a la ejecución de todos los familiares masculinos para dejarlas sin sustento – una suerte de violencia de género que como buen masculinista que soy escuché con espanto- pasando la mutilación de las mujeres indias o blancas de origen humilde.
De alguna manera también podría inscribirse en este tema del castigo, el tratamiento de locas ( histéricas ) que recibían las mujeres cuando caían en raptos de apasionamiento político, aceptables para el caso de los hombres, algo de los que según la investigadora, aún se hace uso en la Argentina de hoy, por parte de cierta oposición a la presidenta Cristina Fernández.
Juana Azurduy, otras de las figuras mencionadas en la Charla, (Toroca, 12 de julio de 1780 – 25 de mayo de 1862), esposa del guerrillero Manuel Ascencio Padilla, al caer este en un intento de rescatarla, asumió el liderazgo de la guerrilla en la llamada Republiqueta de La Laguna dentro del Virreinato del Río de la Plata, los cubanos de mi generación también la recuerdan de una serie televisiva, donde fue interpretada por la actriz cubana Gina Cabrera.
Nació en el cantón de Toroca, que hoy forma parte del municipio de Ravelo, Provincia de Chayanta, Departamento de Potosí y murió en Chuquisaca el 25 de mayo de 1862.[1] [2]
A la muerte de su esposo asumió la comandancia de las guerrillas que conformaban la luego denominada Republiqueta
La conferencia terminó con la muestra de unas imágenes de guerrilleras zapatistas y de las FARC, así con la pregunta de lo que habrían ganado las mujeres en general con su incorporación a la lucha anticolonial, en la que algunos autores ven continuidad con la del feminismo actual.
Por mi parte felicité a la conferencista, por un tratamiento del tema de la indepedencia que ponía en crisis los relatos fundacionales de las ”naciones” latinoamericanas, y le pregunté su opinión sobre la incorporación de la mujer a las armas, fenómeno que se da no solamente en las guerrillas latinoamericanas, sino también en el ejército de Israel o en las fuerzas de intervención en Irak y Agfanistan.
María Clara Medina me contestó que en lo personal le parecía absurda la elección de la vida militar por una persona, pero que como feminista defendía el derecho de la mujer a ejercitar cualquier oficio, como lo tiene el hombre.
Creo que fue una velada donde todos los presentes aprendieron un poco más de nuestra rica historia, que pudieron ver, al margen de que concordemos en todo o no, lo relativo y convencional de lo que se nos han contado sobre lo que fue nuestro pasado, algo que dejó en claro una de las participantes cuando en el coloquio final recordó que las grandes masacres de indígenas en la Pampa no las llevaron a cabo los colonizadores españoles, sino sus descendientes, los criollos independizados.
En conclusion, hay que felicitar el Instituto adjunto de la Universidad de Estocolmo por la iniciativa, que forma parte de la conmemoración de los 200 años de independencia, y sobretodo hay que seguirle los pasos al trabajo investigativo de María Clara Medina, cuyas conferencias, si todas son iguales a esta que reseñamos, no tienen el menor desperdicio, estaremos al tanto de ellas para avisarle a nuestro lector de Estocolmo y que éste no se la pierda.
La antropóloga e historiadora María Clara Medina, investigadora de origen argentino, activa en La Universidad de Gotemburgo, Suecia. Recomendamos a nuestros lectores sus conferencias
El Hombre de Cuba Nuestra 
muy bien es un gran honor que Tupac Amaru dio su vida por los peruanos
El proceso abierto por las mujeres durante la indpendencia, tambien se vio reflejado durante el ascenso de los movimientos políticos y sociales ocurridos durante la década del 70 y que fueran abortados por una de las dictaduras mas sangrientas vistas en el país.
Los carteles donde se observan las figuras de los detenidos desaparecidos, cuentan en su haber con una buena cantidad de mujeres.
Empleadas, profesionales, amas de casa, militantes fueron chupadas, torturadas, violadas y masacradas por el terrorismos de Estado.
Podría escribirse una larga lista con nombre y apellido de cada una de ellas.
LUgar de militancia o de trabajo; instante del secuestro, sitio donde fueron torturadas- violadas y entregados sus hijos en adopción; y la ejecución. Individual o grupal. Los organismos de derechos huamanos en argentina han recopilado una sinfinidad de datos, con nombres de torturadores, de viladores y de ejecutores de cada uno de los homicidios.
De hecho, El Archivo de la Memoria liberó – hace muy poco tiempo- una nómina con nombre y apellido de 3.500 informantes de los servicios de inteligencia (buchones), quienes proporcionaron datos para el secuestro de cada uno de los detenidos desparecidos.
Se han celebrado juicio por crimenes de lesa humanidad en contra de ellos. Algunso fueron condenados a 25 años de prisión al comprobarsele la participacion en los hechos en los que fueran denunciados.
La historia reciente de Argentina carga sobre su espalda todo el peso de la tragedia de esas mujeres que fueran asesinadas en sus casas, camino a los campos de detencion clandestinos; en la parrilla de tortura, en las ejecuciones.