Suecia: más hombres que mujeres sufren maltrato de pareja

8 Oct

Hombre sueco en bicicleta. ¿otra víctima del maltrato a manos de la pareja? Foto: Carlos M. Estefanía

Lo escucho de pasada esta mañana en el canal 4 de la televisión sueca, y como no le doy crédito a la noticia, no porque ésta no pueda ser verdad, sino por haber sido dicha en espacio de tan amplia audiencia, la compruebo en la página digital de uno de los matutinos más importantes, el periódico Dagens Nyheter. Desde allí entro al enlace de la que parece haber sido su fuente principal; la revista BMC Public Health.

Pues bien resulta que según; Mens and womens exposure and perpetration of partner violence: an epidemiological study from Sweden; estudio llevado a cabo por la Academia Sahlgrenska de Gotemburgo, se ha confirmado lo que para muchos es un secreto a voces, que los hombres del este de Suecia, están expuestos a la violencia de sus parejas con igual o mayor frecuencia de lo que lo estarían siendo las mujeres.

Estos investigadores, en su manía de conocer la verdad, así como los periódicos que se hagan eco de ella, parecen no saber con que se están metiendo. Se trata de un duro golpe contra la mitología feminista imperante, en este país, empeñada en criminalizar al hombre como género mediante la exagerada victimización de la mujer; fenómeno que por supuesto no se da exclusivamente en Suecia, sino en todo aquel país al que le intentan imponer junto con el desarrollo, una política de desarticulación familiar basada en sembrar el pavor entre hombres y mujeres como remedio para detener el crecimiento poblacional.

Es por eso que investigaciones como las del Sahlgrenska, con el mérito de haber sido hecha en uno de los países más feminista del mundo, deberían ser tomadas en cuenta en todas aquellas otras naciones, no sólo protestantes, germánicas o anglosajonas, sino incluso católicas como Francia o España donde la decostrucción de la masculinidad, a dejado de ser un ejercicio semiótico filosófico para convertirse en una tarea pura y dura del estado.

La investigación de marras trata la violencia tanto física como psicológica a partir de un estudio donde participaron 1.400 personas heterosexuales, quienes contestaron sendas encuestas sobre violencia doméstica. Cada sexo ha respondido a las mismas preguntas en el mismo tiempo, pero en cada encuesta la pregunta sobre la violencia se formuló de diferente manera.

Me llama la atención que venga a ser ahora, en Octubre de 2013 cuando se les esté dando tanto bombo a unos resultado que BMC Public Health había sacado a la luz, el 02 de noviembre del año pasado. Esta demora en darle resonancia mediática a un hecho de vital importancia para el conocimiento y solución del problema vital, expresa una de las formas de censuras que se aplican en la sociedad moderna; la que ralentiza la transmission de información importante para el ciudadano, mientras prioriza e inmediatiza aquella que apenas influye en su modo de vida, como ocurre con las noticias sobre famosos o sobre el deporte profesional.

Claro, este tipo de censura termina por chocar con la necesidad que tienen los medios, para ser consumidos, de sorprender con el «hecho noticioso» que caracteriza la expresión del «hombre que mordió al perro», algo que, si entendemos la palabra hombre en su sentido más amplio, ocurrió literalmente hace unos días cuando una mujer de Estocolmo la emprendió a mordisco contra el furioso can que agredía a su perrito faldero. Si esto, es una muestra de las malas pulgas que puede llegar a tener una sueca, no habrá que sorprenderse de lo que pueda ocurrir cuando el objeto de la furia sea un marido en lugar de un perro;a veces cuesta diferenciarlos.

Según DN se trata del primer estudio de su tipo para medir las respuestas de ambos sexos en paralelo. Los resultados ”sorprenden” ( a mi no, por lo menos), reconocen los investigadores, al tiempo que aseguran que son consistentes. Lo que puede que asombre a los lectores enajenados por la ideología feminista que difunden estos mismos medios en que los hombres de este país estén soportando una grado de violencia del que nadie se atreve hablar.

El once por ciento de los entrevistados en el reporte reconoció haber sido abusado físicamente por sus parejas en el último año. En contraste, el número de mujeres que dijeron haber sido víctimas de violencia física en el último año por parte de sus compañeros, era un ocho por ciento, lo cual las sitúa un poco por debajo del nivel de los hombres.

La diferencia radica en que por lo visto los hombres se defiende más que las mujeres; mientras el 64 por ciento de los hombres que son víctimas de la violencia, responden con la misma medicina contra sus parejas . La cifra correspondiente para las mujeres es 40 por ciento . Sospecho que se pasa por alto aquí, el uso y abuso que hacen las mujeres de una violencia aún peor que la que puedan ejercer físicamente a sus maridos, me refiero a la que proviene, por ejemplo de la policía, los tribunanales y otras instancias de disciplinamiento social. Una violencioa que resulta al final, mucho más demoledora para el hombre y la familia en general que el lanzamiento de cuatro platos o un rodillo a la cabeza; hablo de esa violencia institucionalizada que nadie investiga a fondo y cuyas consecuencias, considero, a la larga terminan siendo pagadas, por la misma que echa a andar su maquinaria, la propia mujer, que pagará al final de sus días con soledad y recriminación de los hijos, por más que el manual feminista recomiende a las madres involucrarlos a la fuerza y ponerlos de su parte conflicto que muchas veces no atañe a los niños.

Se dice en la reseña que hace el periódico, que cada décima mujer dijo tener pensamientos suicidas después de ser golpeado, una proporción igual de ideas de suicidio se vio en los casos de hombres expuestos a la violencia psicológica en la cual, seamos sinceros, sin lugar a dudas las mujeres resultan verdaderas expertas, supongo que porque durante siglos ha sido su mejor forma de resistencia contra eso que llaman «patriarcado».

En donde se constató una proporción mayor de mujeres que de hombres fue en los índices de angustia, ansiedad y problemas de sueño como consecuencia de la violencia. Sería bueno preguntarse aquí, en qué estado quedan estos índices para los individuos masculinos, una vez que entra en juego el estado o los medios.

Y ya que hablamos de medios, nadie puede negar que estos verdaderos instrumentos de linchamiento, como ocurrió hace unos años con los dos chicos , caso, llamados por esa misma media ” La Violación de Stureplan» acusados de violar a una muchacha que a principio había accedido a formar con ellos un trío sexual.

A los jovenes se les absolvió en primera istancia, y tal fue el revuelo que armaron las feministas, que en la segunda fue la vencida resultando condenados en un proceso que mucho me recuerda a los estudiantes de medicina acusados en Cuba de profanar la tumba del periodista Gonzalo de Castañón y que despuçes de absueltos, terminaron el cadalzo bajo la presión de un cuerpo paramilitar de los Voluntarios, esto que pasó en la Cuba colonial del siglo XIXÑ de alguna manera se repitió en la Suecia del Siglo XXI, con el caso Stureplan, donde la voz de dos hombres, pesó menos que la de una mujer y por supuesto que la de la claque sexista que la utilizaba para escarmentar a la «estirpe» masculina.

Algo muy similar está ocurriendo en estos mismos días con 5 adolescente, condenados en primera instancia, por mantener relaciones sexuales, presuntamente no consentidas, con una quinceañera, durante una fiesta en el ghetto de Tensta. Los muchachos terminaron siendo liberados en el tribunal supremo por falta de pruebas. Sin embargo, toda Suecia les condena, es lo que declaró una bloggera entrevistada en un debate de la televisión pública,donde todos los participante eran activistas feministas y el policía que proceso el caso arremetían contra los muchachos, la única defensa provenían de un especialista en ciencias jurídicas, Leif Silbersky, que por lo visto era el único de todos los asistentes al estudio que se había leído de punta a cabo la documentación del juicio.

La manipulación de los organizadores de la televisión era clara, al poner una sola voz en favor contra el resto, que atacaba lo que menos importarían; los argumentos, incluido aquel de la presunción de la inocencia, mientras que la acción criminal no haya sido claramente demostrada. Y esto ocurre en un ejemplar estado de derecho como suponemos es el sueco.

Reconozco que se trata de un caso raro la verdad cuando se conoce la impiedad de la justicia local, cuando el acusado además de tener el sexo equivocado, el del macho, peca de su origen extranjero. Y me pregunto, cuál pueda ser la causa de tanta magnanimidad; si las cortes se están enmendando, si las declaraciones de la chica son demasiado contradictorias como para justificar un teatro, si quieren dejar a los muchachos en manos de quienes se toman la justicia por su propia manos o simplemente como una forma de ocultar una regla; destacando una excepción con la ayuda de la media.

Retomando otra diferencia entre géneros descubierta por el estudio, se da en lo referido a la violencia sexual, aquí si son los hombres los que están excesivamente representados como actores. Casi el diez por ciento de las mujeres encuestadas afirmaron haber sido agredidas sexualmente desde etapas temprana en la vida, mientras que la cifra correspondiente para los hombres era de un 3,5 por ciento. Esto se puede atribuir, en mi opinión, a dos factores, por un lado el aspecto hormonal, por otro, el de la reprogramación social, me refiero con esto último a es especie de neopuritanismo propio de la sociedades protestantes desarrolladas en las que lo mismo, el piropo, que la mirada un tanto lujuriosa, pueden ser catalogadas, al nivel de una nalgada, de acoso sexual; buena manera pues de entorpecer la comunicación entre los dos géneros, cuando de intereses eróticos de trata.

Al llegar al Metro tomé el periódico del mismo nombre (pertenece al mismo emporio que el Dagens Nyheter) que reparten en la entrada y leí sobre el tema un artículo de engañoso nombre: «Lika vanligt att m%E4n blir slagna»; lo que significa en español algo así como: » Igualmente común que los hombres sean golpeados», con lo que desaparece el 3 porciento que diferencia la queja masculina de la femenina.

Aquí se señala el hecho de que muchos de los hombres que sufren este tipo de violencia sistemática optan por no defenderse, ya que es más probable que les crea, esto lo afirma la propia autora del estudio Gunilla Krantz , profesora en el Departamento de Medicina Comunitaria y Salud Pública de la Academia Sahlgrenska; al tiempo que recalca que muchos de los hombres maltratados termina refugiándose en el trabajo.

Según las declaraciones de Gunilla Krantz, recogidas por Metro; los resultados de la investigación pueden ser el efecto de que la sociedad sea cada vez más igualitaria, lo cual indica para mí, que es que lo que se está consiguiendo con este «progreso», que las mujeres incorporen y supera las formas más destructivas de una conducta incorrecta, atribuida durante décadas con razón o sin ella, sólo al hombre

Metro informa que los hombres víctimas de violencia doméstica pueden recurrir al Refugio de los hombres en su condado. En realidad se trata de instituciones sometidas a la ideología de género, donde los hombres son tratados o manipulados como si ellos fuesen culpables de lo que les esta pasando; todo lo contrario de lo que ocurre en los Centros para mujeres donde jamás se cuestiona el lado posiblemente agresivo de la víctima. Se trata de sitios más preocupado por atender a hombres sexo dependientes, entiéndase por esto, aquellos que pagan el servicio de una prostituta, aquellos que sufren una versión del Síndrome de Estocolmo, conviviendo con una mujer que les maltrata o controla excesivamente. De todos modos, como de justificar el financiamiento público se trata, el estudio ha sido acogido de manera muy positiva por Fredrik S%F6rebo p%E5 Mansjouren de la casa de urgencia para hombres maltratados de Estocolmo.

En un recuadro de Metro podemos ver de manera más concreta que tipo de violencia reciben las personas según su género: de acuerdo a este, los hombres suecos se llevarían la palma recibiendo bofetadas y objetos lanzados a distancia, mientras las mujeres les ganarían a sus maridos en lo que se refiere a empujones contra la pared e intentos de estrangulamiento. En cuanto al asunto de las bofetadas y puñetazos la cosa parece ser más pareja (nunca mejor dicho), como debe ser en una sociedad tan avanzada en la igualdad de géneros.

Lo mejor de lo que publica este medio que se reparte a la entrada del subterráneo de Estocolmo, gratuito y por tanto muy leído, es la ilustración del asunto con un caso concreto; el de un tal Andrew, quien es víctima de los golpes de una ex novia, por la que terminó sufriendo depresión. El matutino detalla los sufrimientos del pobre chico los cuales habrían sido recogidos en un libro. Sin embargo no se dan ni su título, ni el apellido de la persona, lo que le hace pensara uno, que no se quiera publicitar la obra, dos que se haya creado un relato de base ficticio para así satisfacer la curiosidad del lector, sin tener que profundizar en hechos concretos, algo que echaría aún más leña al fuego.

Lo lógico sería que tras lo que nos cuenta Mens and womens exposure and perpetration of partner violence: la sociedad tomara conciencia de los problemas reales de los que adolece la pareja sueca. Pero me temo que no será así, por el contrario ya me estoy imaginando el arsenal de argumentos que lanzará contra el estudio, el bien engrasado y financiado aparato ideológico del feminismo de estado, que hará todo lo posible porque se engavete lo que la Academia Sahlgrenska ha descubierto, acosando de paso a sus investigadores hasta arrancar de ellos la retractación pública. Y quede en medio de esto la esperanza de que Gunilla Krantz, enfrentada a sus futuras inquisidoras, se atreva a decir: Eppur si muove

Gunilla Krantz
Titel: Professor i folkhälsovetenskap
Lärosäte: Göteborgs universitet
Institution: Institutionen för medicin, avdelningen för samhällsmedicin och folkhälsa. Foto: kunskapsbanken
E-post: gunilla.krantz@socmed.gu.se

8 respuestas to “Suecia: más hombres que mujeres sufren maltrato de pareja”

  1. JI 18 May 2015 a 8:49 PM #

    Sería posible cambiar el fondo de pantalla , ya que es muy difícil su lectura y este artículo es muy importante que vaya circulando, saludos

  2. Rosario Caba 13 May 2014 a 9:12 AM #

    Que los hombres sufren más violencia por sus parejas que las mujeres?
    Mentira! Yo llevo aquí 8 años y me casé con un sueco y fui parte de una casa de guarda para mujeres maltratadas (Kvinnonjouren)… y la mayoría de ellos golpean a sus mujeres. Por éso buscan mujeres extranjeras para casarse, que no conozcan el idioma, ni las leyes suecas, para traerlas para Suecia y maltratarlas, golpearlas, vejarlas, etc.. Yo viví muchos años de violencia con un sueco… Casi todos toman pastillas por su esquizofrenia!!

    • Carlos Manuel Estefanía Aulet 13 May 2014 a 10:14 AM #

      No dudo que tu experiencia sea real, pero ella no es suficiente para avalar la imagen denigrante sobre el hombre sueco, hecha desde los medios de este país, sometidos a la ideología feminista, del mismo modo que están los de Cuba a una versión del marxismo.
      En cuanto a las casa de guarda para mujeres maltratadas (Kvinnonjouren) y todo el entramado que las comprende, aquellas funcionan, más que como centros de protección, como mecanismos de adoctrinamiento en androfobia, lo que se usa en particular contra las mujeres inmigrantes (como es tu caso), primer objetivo de la política antipareja heterosexual del estado. Una buena prueba de esto es las sospechas que difunden estas instituciones contra los hombres, sólo por pertenecer a un género (sexismo puro) o el rechazo que sufren en sus centros las lesbianas maltratadas por sus parejas, o las drogadictas vapuleadas en las calles por cualquiera.
      En lo que si te podría dar cierta razón del es lo extendido de las enfermedades mentales en la población nativa, aunque estas son más frecuentes entre las jóvenes. Otra prueba más de que el feminismo imperante no pasa del discurso.

    • JI 18 May 2015 a 8:59 PM #

      La pregunta sería, por qué estuviste tantos años si fuiste mal tratada?, algo te interesaba, y dudo que fueses totalmente agredida,…etc, nadie dura un día si es humillado y azotado a diario,..

  3. Rebus Stántibus 16 octubre 2013 a 5:20 PM #

    Estimado Carlos:

    Me encantan tus brillantes análisis, que describen con certera precisión lo que acontece con estos temas de la nefanda ideología de género. Cuando leí este en concreto, no pude resistir la tentación de escribirle un email a la autora:

    Le pregunté por qué se sorprendía tanto de sus resultados si ya existen miles de estudios que dicen exactamente lo mismo que el suyo. Y le coloqué los enlaces a los estudios para que no pensara que esta exagerando (en los comentarios de la propia noticia añado mas estudios):

    http://www.libertaddigital.com/ciencia-tecnologia/ciencia/2013-05-27/mujeres-y-hombres-cometen-violencia-domestica-en-niveles-similares-1276491288/

    Pues bien, esto fue lo que me contestó la investigadora Gunilla:

    Thank you for reacting, but I am wrongly cited here unfortunately on some points!
    This is a disturbing fact. My surprise is limited to Sweden as I wanted to believe that violence would be less here (female as ell as male violence) but it is a misinterpretation that males are more exposed, they are about equally exposed to physical and psychological violence. However, as we do not know the motives it is unclear what these figures actually tell us.

    Kind regards,
    Gunilla Krantz

    ¿Qué te parece la respuesta, Carlos?

    • Carlos Manuel Estefanía Aulet 16 octubre 2013 a 8:27 PM #

      Amigo, creo que a Gunilla ya la están llamando a capítulo y no le queda más remedio que hacerse ahora «la sueca», nunca mejor dicho.

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