Eduard Punset, el «mariguanista»

21 Jun

Eduard Punset for PIFAL. Foto: Eduardo Espinosa

Debo reconocer que durante años fui un fiel seguidor del Redes, en los tiempos difíciles en que se transmitía a altísimas horas de la noche, el cual seguía a costa de robarle horas al sueño. Hablo del programa de divulgación científica que transmite la Televisión Española, presentado y dirigido por Eduard Punset; no se trata de epistemólogo o especialista en teoría de las ciencias, sino de un Licenciado en Derecho por la Universidad de Madrid, con Máster en Ciencias Económicas por la Universidad de Londres, ha sido además redactor económico de la BBC, Director Económico de la edición para América Latina del semanario The Economist y economista del Fondo Monetario Internacional (tome nota de estos últimos datos).

Es lo que aparecen en la página del programa, además de informarnos que como especialista en temas de impacto de las nuevas tecnologías, Punset, es autor de libros sobre análisis económico, reflexión social y ciencias (los que gusto de leer), ha además, asesor de COTEC, Profesor Consejero de Marketing Internacional en ESADE, Presidente del Instituto Tecnológico Bull, profesor de Innovación y Tecnología del Instituto de Empresa (Madrid), Presidente de Enher, Subdirector General de Estudios Económicos y Financieros del Banco Hispanoamericano y Coordinador del Plan Estratégico para la Sociedad de la Información en Cataluña, Profesor de Ciencia, Tecnología y Sociedad en la Facultad de Economía del Instituto Químico de Sarri%E0 (Universidad Ramon Llull), Presidente de Agencia Planetaria, S.A , etc. etc. etc.

Demasiado es el merito intelectual para la simpleza con la que este cuasi sabio, se la «dejó meter doblada» (hablando en español castizo) en el programa titulado «Drogas: un tabú a vencer», emitido el 17 de marzo, en La 2 de TVE, donde el psicofarmacólogo británico David Nutt, banalizó los riesgos de consumir un droga como la mariguana, utilizando la falacia de la persmisibilidad que existe frente a otras como el alcohol.

El problema no radica que el tal Nutt se lamente de la falta de investigación (lo cual es una cuestión de presupuestos no de criminalización) ni siquiera que abogue alegremente contra las políticas que reducen el acceso de la juventud a la droga, sin reparar en daños a la juventud, sino en la falta de resistencia crítica que Punset le hace, quizás obnubilado por la ideología neomalthusiana que impera en esa academia británica donde el se formó.

No hace falta traer a ningún científico británico actual para conocer el mal que hace la mariguana, y del cual se tiene conciencia desde la antigüedad. Quien lo dude le recomiendo leer el capítulo primero de un del libro de Isaac Campo Home Grow: Marijuana and The origins of Mexico´swar on drug, publicado por la imprenta de la Universidad de North Carolina, Estados Unidos, en el 2012. No se trata de una obra contra la liberalización de la droga, sino más bien todo lo contrario, está encaminada a deconstruir el discurso que llevó a su persecución, advierto.

Aquí se cuenta de la llegada del Cannabis al Nuevo Mundo, cuando en 1530 el sevillano Pedro Quadrado, uno de los conquistadores de México, recibió los permisos reales para cultivar «Cáñamo» en su encomienda.

Estamos hablando de la planta conocida inocentemente bajo el nombre de «Cáñamo de la India» y que hoy, fuera del mundo hispano se denomina cannabis, la cual era por entonces aceptada como medio medicinal, y usada por los indígenas bajo el nombre de pipiltzintzintlis (el mas noble de los príncipes). Todo fue bien para la industria del cáñamo hasta la década de 1770 cuando prohibida como respuesta al rumor que la planta además de sus funciones medicinales servía para entrar en contacto con el diablo y otros males.

En 1850 un grupo de botánicos nacionalistas mexicanos detectan que la planta ha seguido utilizándose bajo los nombres de rosa maría y mariguana, pero estos nacionalistas no logran enaltecer el narcótico indígena ante la visión ya existente de que de su condición de causante de violencia. Algo que de algún modo confirma el estudio de campo realizado en 1886 por un estudiante mexicano quien arriba a la conclusión de que el criminal intoxicado por la mariguana debería ser tratado con las mismas consideraciones de un maniático. Y así, tenemos que en el año 1898 la prensa de Ciudad México se hizo eco de varios casos de actos escandalosos, agresiones y suicidio excentricidades y asesinatos bajo la influencia de la mariguana, la cual termina siendo prohibida en 1920 como «degeneradora de la raza», una criminalización que se mantuvo por setenta años.

Y no se crea que sólo son fuentes mexicanas las que nos hablan del daño que provoca la mariguana. Ya la farmacopea china de los tiempos del emperador Shen-nung (2000 años antes de Cristo) registraba los efectos alucinógenos del cannabis y lo mismo ocurría con fuentes medievales musulmanas que asocian la planta a la destrucción de la mente y la insania.

Hasta en el cuento «La historia de Kazi», perteneciente las famosas Mil y una noches, obra datada de los tiempos del imperio Sasánida en Persia (224-651), se recogen los efectos alucinógenos del bhang (que es como se le llamaba a la plana de la mariguana en Asia) en la mente de un pobre pescador.

Tal era el efecto dañino que los musulmanes atribuía al consumo del cánnabis al que denominaban hashish, términio que  deviene en raiz de la palabra  haššāšīn (consumidor de hashish),  aplicada despectivamente todo lo que significaba bajeza y antítesis del islam, siendo utilizada en la polémica contra la secta de los ismailitas aún cuando no hubieran evidencias de que esos consumían la droga.

Al final la plabra hashisha, quedó registrada en el mundo musulmán para insultar a todo enemigo de la socidad y es de ella de donde proviene la palabra asesino.

Supongo que toda esta conciencia sobre el daño que hacía el cannabis habría llegado a la España musulmana y que ella debió perderse bajo el embate de la «revolución cultural» significada por la reconquista Solo así se explica no solo la autorización dada a «Quadrado» para trasplantar el cáñamo así como lo que tardó la metrópolis en percatarse del peligro que encerraba el cultivo del cannabis en su colonia mexicana. Ahora «Redes» volvió a las andadas.

Europa Occidental tiene que llegar a la modernidad para reconocer los efectos perniciosos del cannabis, tal es el caso del historiador James Mills quien en 1779 publica su Portable Instructions for Purchasing the Drugs and Spices of Asia and East Indies, donde el bhang (cannabis) es incluido entre los opiates y descrito como una hierba intoxicante, capaz de provocar desde enfermedades temporales hasta furias asesinas. Fíjese el lector que coincide con el período de prohibición de esta planta en México, así sin dudas la medida obedece a algo más que a un rumor (como lo describe Campos), es el resultado de un viejo paradigma científico que toma conciencia de un mal, sobre el que hoy muchos, en nombre de la ciencia, intentan echar tierra.

Esto es por citar algunos ejemplos del viejo conocimiento que se tiene sobre los efectos dañino del cannabis, y el que exista ahora un discurso de su aceptación, cada día mas poderoso que aquel de su condena, tiene explicación el algo mas que en la típica y recurrente claudicación de los Estados frente a los efector perniciosos de sus leyes «secas». De la aceptación se ha pasado a la promoción, no solo en la televisión Española, la cual se suma tardíamente a esa saga de obras propagandísticas en favor de la mariguana disfrazadas de relatos de vidas de famosos, artistas y escritores.

Los rusos se congracian

Hasta el canal ruso Rusia Hoy, tan critico con otros aspectos de la vida occidental le hace el juego a la campaña mariguanista (quizás precisamente como una manera de debilitar al viejo contrincante Euro-Norteamericano), lo hace eproduciendo en su portal y bajo e título de Las ‘mamás de la marihuana’ dicen que el cannabis las hace ser mejores madres, un video donde madres de Beverly Hills, abogan por el consumo de marihuana como ayuda para criar mejor a sus hijos. Aquí vemos cenas donde la hierba de cannabis, es servida en ensalada o batidos de hojas acompañando el pollo frito.

Se trata de una promoción de la mariguana en toda la línea que intenta desasociar su consumo con la vida del drogadictos, por no hablar de la enfermedad mental. Después no nos preguntemos de donde salen los jóvenes asesinos que masacran escuelas, salen de los vientres de madres como Cheryl Shuman, de 53 años de edad y quien no tiene reparos en consumir ante sus dos hijos la hierbas de los asesinos, o como January Thomas, de 37 años, quien solo fuma porros cinco veces al día mientras mientras cuida a su hija de 2 años a la que lee libros de adoctrinamiento mariguano como ‘La divertida medicina de mamá’ ‘Solo es una planta. La marihuana contada a los niños’.

Y no aparece organización defensora de los niños que se oponga a este proceso, el del fomento de la droga entre ellos que en el mañana tendrá efectos tanto o mas pernicioso que los que ayer tuvo con el azúcar o el tabaco, por no hablar de ese consumo de alcohol promovido entre los indígenas, no a traves del saludable vino, sino del terrible whisky.

Creo que existe un claro paralelismo entre la mariguana y el alcohol, un paralelismo que suele ser utilizado de manera falaz por los que intentan justificar la liberalización de la planta, en lugar de aprender las lecciones que nos da la historia de las bebidas espirituosas. Veamos el caso ese invento realizado a dos años del descubrimiento de América, en 1494, que es cuando se destila por primera vez el whisky.

A diferencia de las bebidas alcohólicas como el vino, cerveza o la sidra que se obtienen por fermentación  ycuya graduación de alcohol esta entre 4 y 15grados, las bebidas destiladas tienen una graduación alcohólica de entre 40 y 50grados, este es el caso del como el whisky el vodka con el que Pedro Primero de Rusia sometió a su servidumbre a pesar de que ya por entonces los rusos sabían que se trataba de una bebida perjudicial sobretodo comparada con las que elaboraban los campesinos a base de miel.

Pero la salud del pueblo poco importa al Poder, lo mismo antes que después. Los gobiernos de todo el mundo están mas intersados en el la cuestión impositiva de las bebidas que en detener su consumo, aún sabiendo como sabe hoy de que cuanto mayor es la ingestión de alcohol en el cuerpo humano mayor serán las probabilidades de que se afecten; la respiración intracelular, la producción de neurotransmisores y el metabolismo, que aparezca la gastritis pancreatitis, hepatitis alcohólica, cirrosis hepática, Laringitis, neumonías, bronquitis, hipertensión arterial, disminución de la libido, impotencia, avitaminosis, así como temblores de manos, párpados y lengua, crisis epilépticas, polineuritis y alucinosis alcohólica, Delirium Tremens, Demencias, epilepsia, encefalopatías, celotipia, Delirio de Celos, entre otros males.

La suerte del whisky en Escocia recuerda la del «Cáñamo» en México, se difundió entre la población como una medicina, contra la pena que solo se consumía funerales, un destino que también recuerda el del tabaco, empleado con fines curativos y medicinales por los behiques cubanos y que muy pronto los españoles y tras ellos el resto de los europeos consumirán sin control, desconociendo sus efectos cancerígenos.

Con el whisky pasará otro tanto, lo que era un medicamento es convertirlo en moda y no creo que sea de manera espontánea. Qué hubo resistencia, la hubo, en 1579 se intentó suprimir la bebida de los domingos con multas por asistir a las tabernas, pero también hubo una contrarreforma en este campo cuando en un claro ejemplo de como el Estado puede prescindir de los impuesto cuando le conviene, el inglés suprimió en 1644 aquellos que que le imponía al whisky, lo cual no fue freno al contrabando, del una bebida, cuya popularidad creció aun más con los altos impuesto sobre el vino decretados en 1780.

En 1823 el parlamento ingles legitima todas las destilería, era tan barata la producción y consumo que el contrabando ya casi ni existía en 1860. No es posibel estudiar ese período sin constatar el alto nivel de alcoholización que sufría el pueblo más cercano de todos lo que sometía Inglaterra, me refiero al de los irlandeses, fuente a su vez de altas masas de inmigrantes a los Estados Unidos.

Al llegar a su nueva tierra , junto a otros europeos no menos habituados al arte de empinar el codo, los irlandeses chocaban y socavaban las costumbres puritanas, enemigas del licor, habitos saludables que se verán esestabilizadas por los grandes cataclismos sociales que representaron la conquista del oeste y la guerra civil.

Así y todo siempre hubo resistencia a la alcoholización de las masas, una resistencia de la que participaban por igual pastores, lideres sindicales, intelectuales progresistas capaces de reconocer en el alcohol una fuente de pobreza y sometimiento de campesinos, obreros, afroamericanos e inmigrantes.

En ayuda del movimiento abstemio norteamericano, vino, inesperadamente, la Primera Guerra Mundial; con ella pudo acusarse a la cerveza alemana de ser la más consumida por los estadounidenses y convertir su consumo en una actividad antipatriótica, lo que allanó el camino para la prohibición total del alcohol entre 1919 y 1933, gracoas a   la XVIII Enmienda de la Constitución, ratificada el 16 de enero de 1919 y Derogada el 5 de diciembre de 1933.

Según la Enmienda en que se amparó la ley seca, un año después de la ratificación del artículo quedaba prohibida la fabricación, venta o transporte de licores embriagantes dentro de los Estados Unidos y de todos los territorios sometidos a su jurisdicción, así como su importación a los mismos o su exportación de ellos, con el propósito de usarlos como bebidas. Dicen los enemigos de la ley que esta no cumplió los objetivos que pretendía y que la prohibición incentivó el consumo de alcoholes y un mercado negro, controlados por gángsteres.

Sin embargo no creo que la derogación de la misma en 1931, por la Enmienda XXI de la Constitución, bajo la Administración demócrata, haya sido otra cosa que una acción populista incapaz de reducir el alcoholismo, por no hablar de un gangsterismo que sobrevive hasta nuestros días que la supresión del comercio de drogas o la prostitución ilegal lo mismo que con el alcohol una vez legalizado, sustituirlo por otros rubros bajo prohibición del estado.

De todos modos viene el cambiazo universal y pasará con la mariguana ( asociada al la cultura beat y al rock), lo que antaño pasó con el alcohol, ella cuenta detrás con una fuerza superior a las de esas mafias aparentemente indoblegables por el estado, su condición de carril neomalthusiano para conseguir la despoblación de nuestra rica tierra. Por eso es que se le justifica y defienden lo mismo que desde el medio que transmite Redes que desde otros que hacen por ella lo mismo que por el aborto, la esterilización, homosexualización, la creación de una guerra entre géneros (tapiñada de feminismo), la creación de una juventud desempleada y sin valores, desconectada de sus mayores y su vez controlada por agentes del estado (maestros, curadores, psicólogos, y otros «especialistas»), el fomento de guerras tribales en África y de guerrillas en otras partes del mundo como las FARC de Colombia (cuyos activistas se pasean por Europa como Pedro por su casa) y por último la promoción de la eutanasia y de la eugenesia.

Solo cuando se observa el cuadro entero se descubre la gran hijoputada universal de la que somos objeto y de la que participan mano a mano marxistas y liberales, «conservadores» y hasta promotores del saber como nuestro inestimable «mariguanista» (neologismo que aplico al promotor del consumo de la mariguana) Eduard Punset.

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