Principales acontecimientos de la guerra hispano-norteamericana

9 Feb

The Naval Battle in Santiago, July 3, 1898, The Spanish-Cuban . Foto: www.latinamericanstudies.org –
Interés por nuestra historia de este lado del Atlántico

En el aspecto puramente militar, el interés por los enfrentamientos que pusieron fin al imperio español va mas allá de las fronteras de los pueblos involucrados en ellos; aquellas batallas despertaron inmediato interés allende los mares, prueba de ello es un libro, que tuve ocasión de consultar en la biblioteca Estatal de Estocolmo, se titula Cuba och dess frihetskamp (Cuba y su lucha por la libertad), su autor es Jon af Klercker (1866-1929) y fue publicado en Estocolmo, en 1899, por Palmquis Aktiebolag, rico en grabados y fotografías. Dicho sea de paso es la época en que muchos inmigrantes suecos recién llegados a Estados Unidos , terminarían siendo relocalizados en nuestra isla, como «colonos» que aprovechaban la falta de mano de obra generada por la guerra.

Klercker demuestra, no sólo un profundo conocimiento sobre lo que fue el movimiento independentista cubano, sino además una profunda admiración por aquellos hombres que lo integraron, difícil de concebir en época tan temprana de en la construcción de la mitología del Estado del Cuba y sobretodo en un reino tan lejano, en términos geográficos, culturales, ideológicos y políticos, como lo era Suecia en relación a nuestra isla.

Pero el anterior no es el único indicio del interés universal despertado por la gesta cubana, para seguir en el caso de Suecia, puedo mencionar otra joya bibliográfica, encontrada en el Instituto Latinoamericano de la Universidad de Estocolmo, se titula en sueco, «Santiago Fälttåget, 1898″ (El Campo de Batalla de Santiago, 1898), viene acompañada de más de 24 dibujos y mapas, simpáticamente atados en el dorso del libro, fue publicado por la editorial de la Sociedad de la literatura Militar, (Militärlitteratur-Förening Förlag) en Estocolmo en 1901, cuando todavía seguíamos bajo la tutela estadounidense.

El libro está escrito por el capitán del Estado Mayor A.M.TH. E Wester, y en su prólogo firmado en Estocolmo en septiembre de 1901; se le rinde homenaje también a los bravos españoles que cayeron en las batallas de el Caney y San Juan.

En la obra se analizan las principales batallas donde participaron fuerzas españolas y norteamericana desde el estallido de la guerra hasta la capitulación de España, dejando demostrado la curiosidad mundial despertada por los acontecimientos que arrancaron de la corona española sus últimas perlas americanas, una prefiguración de lo que será pocos años después el enfrentamiento de Estados Unidos a otras dos potencias europeas, Alemania y la Rusia Soviética.


Así ocurrió

Hagamos una breve cronología de estos hechos, que teniendo a Cuba por escenario principal fueron capaces de llamar la atención del mundo; enfoquémosno en aquello de lo que menos suelen hablarnos en la escuela cubana, con tal de restarle importancia en la intervención norteamericana, es decir al enfrentamiento de aquea por los españoles y los criollos que les respaldaban. Nos apoyaremos entre otras fuentes en los libros «Cuba Cronología: Cinco Siglos de Historia, Política y Cultura» de Leopoldo Fornés Bonavía Editorial, 2003 Verbum, y «Cuba, La Lucha por la libertad» (Debate, 2011), de Tomas Hugh.

Se nota en el caso del Hugh un intento de restarle hierro la tradicional imagen que se ha tenido de la ventaja norteamericana con respecto a España durante una guerra que a decir del historiador inglés puso en marcha dos «máquinas de guerras enmohecidas y de torpe movimiento. Aunque reconoce que en el aspecto moral había una diferencia, mientras que España no dudaba que sería derrotada, estados Los Estados Unidos estaban seguros de que saldrían Victoriosos. Esto a pesar de que, al inicio de la guerra su ejercito regular solo contaba con 28000 (España contaba en Cuba con 80000 soldados), quienes no tenían más experiencia que la de la guerra civil. Por cierto antiguos oficiales sudistas fueron como el ex General Joe Wheeler fueron incorporados a filas, los que fue interpretado como el fin de la vieja querella desatada por la guerra de secesión.

Existía además una Guardia Nacional, mal equipada y sin experiencia militar subordinada a los gobernadores de los Estados que difícilmente aceptaría las ordenes de los militares de carrera de West Point. Fue así que se ordenó el reclutamiento de tres nuevos regimientos de caballería uno de los cuales fue colocados bajo el mando de Theodore Roosevelt. El 8 de mayo McKinley aprueba que se preparen en la Florida 70000 hombres con el objetivo de desembarcarlos por el Mariel y lanzarlos contra La Habana. Mientras tanto el teniente Andrew Roman, autor de un estudio topográfico sobre Cuba, había desembarcado cerca del Turquino y establecido contacto con Calixto García iniciando así la coordinación de la intervención con los separatistas.

El 22 de abril de 1898 se iniciaba el bloqueo de los principales puertos de la costa norte de Cuba; declarándose formalmente la guerra entre España y Estados Unidos tres días después, el 25 la guerra.

Las primeras víctimas del nuevo estallido (los independentistas estaban en contienda desde 1895) serán los mercantes españoles, los cuales comienzan a ser incautados por la flota norteamericana en la medida que salían o se acercaban a Cuba.

El día 27 buques de la escuadra invasora bombardean las fortificaciones de la Bahía de Matanzas, mientras que el 29 le tocará el turno de ser bombardeada la bahía de Cienfuegos. El 30 los norteamericanos intentan un desembarco en la playa de La Herradura, Cabañas, Pinar del Río, pero resultan rechazados por las tropas españolas.

En Mayo comienza con una situación nada halagüeña para España, al ver derrotada su escuadra en la lejana Bahía de Manila, en Filipina el día primero. Los norteamericanos anticipan así lo que ocurrirá dos meses después frente a las fortalezas de Santiago de Cuba, cuando obedeciendo las ordenes del alto mando español, el almirante Pascual Cervera cometa el acto suicida de abandonar el abrigo que les ofrecía la bahía, a sus 6 unidades navales, y exponerse a la metralla implacable de la escuadra norteamericana, muy superior a la española en lo que a blindaje, armamento y número de hombres se refiere.

Pero que nadie crea que lo de Cuba fue un paseo para los norteamericanos, cuyos intentos de desembarco en occidente fueron rechazados exitosamente, como ocurrió el 4 de mayo en Pinar del Río.

En vista de lo infructuoso de las operaciones en la zona oeste, los estadounidenses prueban suerte en la región central; el 11 de mayo es bombardeada Cárdenas, y son rechazados dos nuevos intentos de desembarco, uno en la ciudad mencionada y otro en Cienfuegos.

El día 13 los habaneros son testigo de una acción naval en la que participan los cañoneros españoles Conde de Venadito y Nueva España contra los barcos estadounidenses que bloqueaban la capital. Un día después los norteamericanos sabotean las comunicaciones de la isla cortando el cable submarino frente a Cienfuegos.

El 18 se inicia el asedio y bloqueo de Santiago, la ciudad que más sufrió el embate norteamericano y en la que los españolista (para unir isleños y peninsulares en un mismo concepto) harán una gala de una hidalguía memorable, que no debe ser pasada por alto por ningún historiador, no importa su nacionalidad o ideología.

El 19 de mayo, el Almirante Sampson recibe un informe secreto según el cual Cervera estaba en Santiago; entones ordena a un rival suyo, el comodoro Scheley bloquear la flota española, sin embargo esta se hallaba convenientemente camuflada y Scheley regresa a Key West. Obligado a retornar a Santiago, descubre en la madrugada del 29 de Mayo la presencia en la bahía del buque insignia de Cervera, quien había recibido ya la orden de retornar a España, esto sumado a la que decisión de Estados Unidos, no solo de bloquear la flota española, sino también de desembarcar por la zona de Santiago con el grueso de ejército intervencionista sellará el destino del Almirante español.

El 7 de junio comienza el bombardeo de Caimanera y el 9 cae la Bahía de Guantánamo en manos del Almirante Sampsson, el 10 desembarcan 600 infantes de la marina norteamericana con el objetivo de tomar aquella ciudad con el apoyo de las tropas independentistas del Coronel Enrique Thomas, los que serán enfrentados encarnizadamente por los españoles el día 12 de ese mes.

El 20 de junio desembarcan el almirante Sampsson y el General Shafter para encontrarse con García, hay un desacuerdo entre los dos militares norteamericanos ya que Shafter quiere dirigirse al poblado de Daiquiri a unas 16 millas al este de santiago, mientras que Sampsson desea un desembarco más cerca de la bahía de Santiago en apoyo a su ejército.

Por fin el 22 de junio tiene lugar el desembarco norteamericano por Daiquiri, entre la actividad previa de los cubanos y la desidia de unos cientos de españoles que por allí se encontraban logran arribar, sin grandes contratiempos unos 6000 marines estadounidenses.

El 24 se da en las cercanías de Siboney; un conato de enfrentamiento entra independentistas y norteamericanos, cuando los segundos desalojan el cuartel general del Brigadier. Demetrio Castillo Ouani, arriando la bandera cubana e izando la norteamericana.

Al final la sangre no llega al río. Por el contrario dos días después, cubanos y norteamericanos, estos últimos bajo el mando del General Wheeler se baten con los españoles en la batalla de las Guásimas, bautizo de fuego de los «Roughe Riders» bajo el mando de los Coroneles Leonardo Wood y Theodore Roosevelt.

Entre los días 25 y 26 de junio continuará el desembarco de tropas norteamericanas y de expedicionarios cubanos en la zona de Siboney.

El 27 de junio arriban a Daiquiri otros 3000 hombres, bajo el mando del General Duffield, sumadas las fuerzas cubanas y norteamericanas en tierra, juntan hasta 22000 combatientes; España solo cuenta con 8000 hombres para defender Santiago y sus alrededores.

El día 30 los norteamericanos utilizan un globo para estudiar las posiciones españolas en Santiago; mientras que en Manzanillo cañoneros españoles y barcos enemigos cruzan fuego, los segundos también reciben la metralla de las baterías situadas en la plaza, terminando por retirarse.

El primero de julio cubanos y norteamericanos toman el Fuerte El Viso y el poblado de El Caney; la defensa española ha sido encarnizada y sólo ha cesado tras la muerte del Jefe español, Joaquín Vara de Rey y Rubio , el único general el General español que caído en batalla durante las guerras de Cuba, murió cuando el enemigo disparó sobre él y los camilleros que le llevaban seriamente herido en las piernas.

Ese mismo día tiene lugar la batalla de la Loma de San Juan, quedando libre el camino hacia Santiago de Cuba. En esta batalla se destacan, junto al general cubano González Clavel, los jinetes de Wood y Roosevelt que dan nombre a las memorias del último; ese día vuelve a producirse un desembarco de tropas norteamericanas en Siboney, proceden de Michigan y Massachusetts y reforzarán el cerco de Santiago.

El día 3 de julio de da el famoso combate naval de Santiago, en el que resultan destrozadas las unidades del Almirante Cervera, quien junto a más de 200 marinos españoles resulta atrapado en la costa por fuerzas cubanas al mando del Coronel Candelario Cebreco, quien le entregará más tarde los prisioneros a la Marina norteamericana. La culpa de este desastre la tienen quienes desde España quisieron retirar del escenario de Guerra la flota de Cervera en el vano afán de frenar con ella una suerte de día D, en Canarias por habrar de un «Desembarco de Normandía» en propia penísula que habría convertido a España en la primera nación europea ocupada por Norteamérica, al final terminó siendo una de las últimas con su tardía entrada a la Otán en 1882.

El 15 de julio de 1898 los norteamericanos bombardean Baracoa desde el Crucero Annapolis, el ataque es respondido desde la fortaleza Matachín.

En Santiago, el general Toral, Comandante en Jefe Interino del Cuarto Ejército y de la ciudad sitiada, en asamblea con los suyos, llega a la conclusión de que es imposible seguir resistiendo y que es necesario capitular la plaza.

El armisticio se firma al otro día bajo una ceiba conocida como el árbol de la paz, en un pacto del que se excluyen, tanto al ejército independentista cubano, como al gobierno autonomista, e incluso al gobernador Ramón Blanco y Erenas, marqués de Peña Plata., gobernador de la isla quien nunca asumió la responsabilidad por la rendición de la ciudad.

Con la caída de Santiago se rendían las fuerzas de la primera división del Cuarto Cuerpo del Ejército Español que defendían todo el este de la provincia de Oriente. Los norteamericanos entrarán en los días inmediatos a Santiago, izarán su bandera y mantendrán en los puestos administrativos de la ciudad a los funcionarios designados previamente por España, tal situación provoca la renuncia del Mayor General Calixto García, jefe de las fuerzas cubanas en la región.

El 17 de julio entran los soldados norteamericanos en Santiago de Cuba y alzan su bandera en el Morro de la ciudad; la cubana brilla por su ausencia. A los independentistas, no sólo, no se les invitó a la firma de rendición, sino, que no se les permitió entrada en la ciudad; para colmo d humillaciones, las autoridades civiles que siguen rigiendo son las mismas lo hacían bajo la corona española.

La situación provoca la presentación de su renuncia como jefe militar de la zona y una airada carta de Calixto García, de la que hablaremos más adelante, dirigida al General Shafter, jefe militar del distrito capitulado.

La ciudad de Manzanillo es bombardeada el 18 de julio, y ocupada la Bahía de Nipe por las unidades norteamericanas. En Santiago, son retirados los obstáculos de la bahía lo que permite la entrada de 42 mercantes norteamericanos, comienza la descarga acelerada de alimentos para aliviar el hambre y la muerte que sufrían los hasta hace poco sitiados santiagueros. Leonardo Wood es nombrado gobernador militar de la plaza, realizando con eficiencia una doble labor: la de la restauración la ciudad y la de la preparación política de una anexión, tarea que continuará más adelante cuando se le nombre Gobernador General de la Isla. Ese mismo día España inicia gestiones a través del Embajador de Francia en Washington, encaminadas a detener las hostilidades y comenzar a negociar con el gobierno de Estados Unidos.

-El día 20 de julio la marina norteamericana bombardea Santa Cruz del Sur en Cuba y el 27 desembarca en la isla de Puerto Rico.

El 28 de julio, el Duque de Almodóvar, Ministro de Estado de España, envía un telegrama al Embajador de su país en Francia; manifestando la opción de España por la anexión de Cuba a Estados Unidos.

El día 6 de agosto los españoles rinden Puerto Rico a las tropas norteamericanas.

El 12, convencidos de su incapacidad para derrotar a los Estados Unidos, los políticos españoles aceptan la suspensión de hostilidades para firmar un protocolo de paz, que significa una traición, para quienes todavía defienden con las armas en la mano, la españolidad de Cuba. El sabor de esta traición ha sido representada, si bien de un modo un tanto caricaturesco en la película española Raza, una película Patrocinada por el Consejo de la Hispanidad y estrena en 1941, cuando nadie podría adivinar la victoria anglosajona en la segunda guerra mundial. Fue dirigida por José Luis Sáenz de Heredia y con guión del mismo director y técnico del mismo director a partir de un argumento de, y del el general Francisco Franco. quien escribe bajo el seudónimo de Jaime de Andrade.

El tratado de Paz será firmado en Washington por William R. Day, Secretario de Estado de los Estados Unidos y por el Embajador Francés Jules Cambón, quien había recibido poderes plenos de España. Según el documento, la vieja metrópolis renunciaba a toda pretensión de soberanía y derechos sobre Cuba, Puerto Rico y otras islas bajo su poder en las Indias Occidentales, así como a una isla en las Ladronas; de igual forma Estados Unidos ocuparía la ciudad, la bahía y el puerto de Manila hasta que un tratado de paz definiera como se gobernaría Filipinas.

Pero todavía ese mismo día, en Cuba la guerra continuaba: ajeno a la suspensión de las hostilidades, el coronel Sánchez Parrón se había negado a rendir Manzanillo, soportando en cosecuencia el bombardeo norteamericano, hasta que por fin se supo del convenio. En La Habana el general Blanco lanzaba un comunicado a los habitantes de la isla, donde daba a conocer el fin de su misión como gobernador y su oposición a la forma en que esta había capitulado.

La Guerra concluirá formalmente el 10 de diciembre de 1898; cuando se reúnen en París, sin la presencia de cubanos, los ministros plenipotenciarios que firman el tratado de Paz, donde se consuma la renuncia española a su soberanía sobre Cuba, Puerto Rico, Islas Guam, el Archipiélago de las Marianas y las islas Filipinas. Así acabó aquella guerra que dio muerte a un imperio para dar nacimiento a otro, tal vez estemos en condiciones de responder a quien deben los cubanos su independencia y esto es lo que vamos a hacer..

continuará

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