Historia de un tragendia española inevitable: «La voz dormida»

8 Dic

Portada del libro que inspira la película del mismo nombre: «La voz dormida». Foto: El Profe

Ficha técnica de la película «La voz dormida»

Título original: La voz dormida

Dirección: Benito Zambrano

País: España

Año: 2011

Duración: 140 min.

Género: Drama, Bélico

Reparto: Inma Cuesta, Javier Godino, Susi Sánchez, María Garralón, Ana Wagener, Miryam Gallego, Marc Clotet, Antonio Dechent, Berta Ojea, Begoña Maestre, María León, Amaia Lizarralde, Emilio Linder, Julio Vélez, Ángela Cremonte, Jesús Noguero, Ana Gracia, Lluís Marco, Teresa Calo, Joaquín Perles, Eduardo Marchi, Manuel Garcia Merino, Amparo Vega León, Charo Zapardiel, Lola Casamayor, Marta Bódalo, Arantxa Aranguren

Guión: Benito Zambrano, Ignacio del Moral

Distribuidora: Warner Bros. Pictures

Productora: Warner Bros.

Departamento artístico: Abraham Arias, Fernando Fernandez de Llanos, Fernando Fernandez Hevia, Juan Magaz, Stefano Macovazzi, Uxua Castelló

Dirección: Benito Zambrano

Dirección artística: Javier Fernández

Fotografía: Alex Catalán

Guión: Benito Zambrano, Ignacio del Moral

Maquillaje: Romana González

Montaje: Fernando Pardo

Música: Juan Antonio Leyva, Magda Rosa Galván

Novela original: Dulce Chacón

Sonido: Jorge Mira

Vestuario: María José Iglesias

Anoche terminé de vez «La voz dormida», que saqué prestada del Instituto Cervantes de Estocolmo, se trata de una obra desgarradora que usted no se debe perder, si tiene deseos de sufrir. Yo por lo menos tuve que partir su visión en dos partes, pues el masoquismo, y no estoy hablando de arte, sino de la historia, no me daba para bajármela de un solo palo.

Se trata de una película de 2011, realizada por Benito Zambrano, un director que para mi padece de altibajos ideológicos, lo mismo te hace una serie como padre Coraje, con una visión despiadada con el marginado -que encaja perfectamente en la fascista-, que una película como Habana Blues (2005) semi disidente para contexto cubano, ambiente bien conocido por se graduado de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba, que lanza a la pantalla esta suerte de despertar del mas crudo «realismo socialista» c on héroe muerto al final y todo y todo lo que se ha de esperar de esta corriente ideo estética, aparentemente superada. Menos mal que en las bóvedas de la cinemateca de Cuba se guarda una buena colección de la cinematografía soviética que, por lo visto Zambrano ha consumido al por mayor.



No es que no haya oficio por parte de este realizado nacido en Lebrija, el 20 de marzo de 1965. En términos puramente cinematográfico, la película me parece bien, hablando de actuación, imantación, musicalización etc.

Donde la película a mi entender falla es en la recreación de una historia que no nos cuenta la historia completa. Donde existe un bando de gente muy buena y luchadora (el de las guerrillas comunistas) y uno muy malo e hipócrita el de los nacionales, en los que hasta las caras resultan feas, con monjas despiadadas que abofetean a las prisioneras condenadas a muertes, según ellas, y sin que nada lo desmienta en el filme sin haber hecho nada.

No importa la referencia de pasada que se haga a la masacre de Paracuellos perpetrada según de dice por entonces líder comunista, tránsfuga de socialismo Carrillo, aunque este se haya muerto sin reconocerlo, ni la existencia de una guardiana «buena» entre tanta cristiana despiadada.

Los malos son demasiado malos, cuando no se explica en detalle, no solo lo que había pasado poco atrás en España, con violaciones y ejecuciones sumarias dentro del «orden republicano», si no lo mas terrible lo que estaba pasando allí donde los comunistas habían logrado el poder absoluto es decir en La Unión Soviética, país a cuyo gobierno servían con una fe ciega, y del que no se atrevían a discrepar, aunque el terror cayeran ya no solamente sobre la contrarrevolución, sino contra cualquier camarada que cuestionara el poder absoluto del Secretario General.


A pesar de ello y estando en la época Zapatero (cuya única revolución ha sido en el plano cultural, doctrinal y sexual, la película ha recibido tres Premios Goya:
Aquí se nos cuenta la historia de Pepita ( interpretada muy bien , por María León), una paleta cordobesa que viene a la capital para apoya a su hermana Hortensia (interpretada por una Inma Cuesta, que dejan muy atrás los personajes que le hemos conocido en series como Amar en Tiempos Revueltos o «El Águila Roja», una mujer que tiene la desgracia de ser la esposa de un lides comunista alzado y que para colmo está presa y preñada, en pocas palabra todo una «Pasionaria» caida en desgracia, carne de cañón, sin la protección que tuvo la verdadera por parte de la burocracia soviética.

Pepita encuentra trabajo en casa de un medico de familia franquista pero que colabora con los comunistas, poco a poco el partido la involucra en misiones donde conoce a Paulino (Marc Clotet), un joven de clase media, que también conspira contra el nuevo régimen, del que se enamora, y por el que es capaz dejarse torturar sin delatarlo. Al final se verá obligada a cargar con la hija de su hermana mientas espera por años la liberación de Paulino.

Quizás parte del conflicto que vemos en la película lo haya vivido en carne propia la autora de la novela en que esta se inspira, Dulce Chacón quien a pesar de su origen burgués es conocida por su militancia de izquierda. Algo que solo extraña a aquellos que no comprenden que no hay nada mas parecido a la derecha que la izquierda, no solo por los crímenes que cada bando es capaz de cometer contra el otro, sino por el clasismo, el autoritarismo y el despotismo que mas allá de las formas políticas con la que cada una se disfrace. en ellas impera.


Esta película nos muestra solo una cara de la tragedia inevitable a la que se abocó España en aquella época, los crímenes que aquí vemos sin duda alguna se cometieron y son repudiables, lo triste es que si hubiese ocurrido lo contrario, si los vencedores al final de la jornada hubieran sido los comunista, habría pasado lo mismo, y hoy, tras la inevitable transición tendríamos a un director haciendo una película identicamente maniquea, solo que las fusiladas no serían comunistas, sino mujeres falangistas, llevándolas a correr el mismo destino que José Antonio, el fundador de su movimiento.

No quiero terminar si subrayar un detalle que marca esta inversión de espejo. Me refiero al hincapié que hace el realizador en la posición de los tribunales de salvar a la criatura antes de ejecutar a la madre. Hoy ocurre todo lo contrario en España, y eso que ya no es la de Zapatero.

Si en los tiempos narrados por esta película se prior izaba la vida de un niño aunque se diera muerte a su madre, hoy pasa exactamente al revés, se mata al niño sin nacer, aun sin que esté en riesgo la vida de la madre. Sería bueno ver cuando harán los nuevos realizadores españoles un filme «realista» denunciando esta barbarie postfranquista de la que que nadie, salvo esa iglesia cruel pintada en la película, quiere saber. En resumen, que no basta con condenar la pena de muerte, que ya no se aplica allí donde la voz está dormida frente a otras muertes que también meren penas.

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