Erotismo y antierotismo en Katarzyna Kozyra: Comentando una exhibición en la Casa de la Cultura de Estocolmo

30 Sep

Katarzyna Kozyra – Olympia White, una de las imágenes que se muestran en la exposición. «En el arte los sueños son readlidad» Casa de la Cultura de Estocolmo, 29 de septiembre 2012- 6 de enero de 2013; Foto: cortesía con la Prensa de la Casa de la Cultura.

Con una amplia publicidad previa, en las calles de Estocolmo y bajo ellas, en las estaciones de Metro, fue inaugurada, el viernes 29 de septiebre de 2012, en la galería 3 del tercer piso de la Casa de la Cultura de Estocolmo, la exposición «En el arte, los sueños se hacen realidad», conformada por obras audiovisuales de la artista polaca Katarzyna Kozyra.

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Casa de la Cultura de Estocolmo

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Galería 3 en la Casa de La Cultura de Estocolmo

La muestra incluye videos, fotografías e instalaciones, donde la belleza brilla por su ausencia, al menos en mi opinión, sometida al objetivo de destruir lo poco que queda del culto a la masculinidad por estas tierras europea.

Extraña que siendo como Kozyra, una vanguardista del feminismo polaco no haya sido hasta hoy que tuviera una presentación en la grande en Suecia, país convertido en Meca de las feministas europea, como lo fue de los «científicos» raciales.

Katarzyna Kozyra nació en 1963 en Varsovia y se le considera una de las creadorass más aclamadas de Polonia. Algo que resulta un poco difícil de entender siendo como es la nación eslava una de las más conservadoras del continente, de un lado por su acérrimo catolicismo, del otro por la terrible experiencia que resultó para ella la imposición de un socialismo traído a cuestas de los tanques soviéticos tras la «liberación» del nazismo.

Su obra sugiere todo lo opuesto a lo que en el concierto político europeo representa Polonia, se trata de quebrar fronteras entre géneros, de transgredir lo transgredido, de crear un mundo surrealistas que a estas alturas del siglo XXI quizás no diga mucho en cuanto a innovación artísitica, pero que encaja perfectamente en los proyectos transnacionales de remodelación de la pareja humana. Por ello me niego a atribuirle a Katarzyna Kozyra, el término de anarquista que veo en su página personal.

De lo que si tiene mucho su arte es de erotismo o anti erotismo -por el uso y abuso que hace de cuerpos envejecido- incluso me pregunto si no para la fronteras que le hacen caer en la pornografía, recordándonos el simpático chiste que hace Peter Griffin, personaje de la familia Guy:

-¿Cuál es la diferencia entre el arte y la pornografía?
-¡Una subvención del Estado!»
.

Y es que no creo que sin una amplia subvención del Estado, en particular del Sueco, Katarzyna Kozyra habría podido exponer en grande sus abundantes y provocadores desnundos como lo está haciendo en Estocolmo.

Ella aunque no lo parezca está sirviendo a un poder, ayudando a hacer leña un árbol caído, que se lleva consigo no solo la dignidad del hombre sino también la de la mujer.

Entro en la sala oscura, y acompañado de la copa de vino con la que se convida a los asistentes del vernissage, recorro los videos grotescos donde se intercalan ancianos y ancianas danzarines, con tomas de hombres desnudos o semidesnundos, enanas rodeando a una suerte princesa interpretada por un travestis.

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Entre los materiales mas chocantes que se encuentra «Consagración de la primavera una video instalación de 2001 Kozyras nos hace reflexionar sobre las limitaciones del cuerpo con el envejecimiento. El nombre viene del ballet de Igor Stravinsky y en el aparecen bailarines desnudos de edad avanzada que se esfuerzan en realizar una corografía de Nijinski.

Otro video provocador es «Casa de Baños para hombres», presentado en la Bienal de Venecia en 1999 y por el que la creadora recibió el premio de honor el precio. Fue rodado con una cámara oculta en el baño del famoso  Hotel Gellert en Budapest, su presentación creo gran debate por el modo en que transgrede tanto la moral como el derecho a lo privado.

Sin ambargo, la que parece ser la obra más emblemática de la artista es Cheerleader. Aquí se juega con la figura de la animadora con la que se presenta en los encuentros deportivos norteamericanos, es una especie de vídeo musical, donde Kozyra Katarzyna interpreta a una de estas animadoras que se cuela en el vestidor de los atletas, aquí se pone a bailar en torno a ella, al final se desviste y con los pechos cubiertos por toalla y con un falso pene, el mismo que le ha colgado a los danzarines de otros videos, crea la imagen de que la animadora no es otra cosa que un animador disfrazado de mujer.

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Sin embargo descubro esta obra una diferencia rompe ortodoxia del arte feminista, tan preñada de lesbianismo. Ocurre que en medio del juego de roles e identidades, de género, lo que está claro la preocupación que despierta en Kozyras cuerpo masculino, y siendo como es una mujer, y con esta suerte de ninfomanía visual no se me ocurre más clara demostración de exacerbada heterosexualidad, es decir de la variedad dentro de las relaciones entre que hoy resulta cada vez más anatemizada por el arte moderno.


Pinche la imagen para acceder al video «Cheerleader» en la filmoteca del Museo de Arte de Varsovia.
Foto: Cortesía de La Casa de la Cultura de Estocolmo

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