Turquía: recuerdos de la Plaza de Taksim

Monumento en el corazón de la Plaza de Taksim, Estambul, Turquía. Foto. Carlos M. Estefanía

Recorriendo por mi cuenta y riesgo la histórica zona europea de Estambul llegué, hace algún tiempo a la hoy tan nombrada Plaza de Taksim (en turco Taksim Meydan)ı, lo hice bajo el acoso de un joven limpiabotas, diz que de Ankara, que tras insistir en limpiar gratis mis zapatos comenzó a contarme no se que trágica historia con el fin de que le ayudara económicamente, supongo que así sentirán los turistas que viajan a Cuba acosados por lo que allí intentan paliar sus necesidades con ayuda de los extranjeros.

No se como me quité de encima el personaje para disfrutar de aquel símbolo de la moderna Estambul, sembrada en lo alto de una meseta en el corazón de la ciudad, cercana a la estación del Metro, bordeada de tiendas, bares, discotecas y salas de cine, atravesado por una juventud, cuyas vestimentas lo que lo último que te recuerda es que vives en un país musulmana, todo lo contrario de lo que pasa en el Gran Bazar repleto de mujeres de mediana edad donde difícil es encontrar una sin en consabido Chal como esos tan bellos que allí venden.

La plaza también evoca también tristes recuerdos, sobre todo en el turco con ideología de izquierda, ha sido aquí donde tuvo lugar una masacre 1 de mayo de 1977, durante la celebración del Día Internacional del Trabajo. Ocurre que la plaza Taksim suele ser punto de partida de manifestaciones políticas las que no siempre terminan pacíficamente como ha ocurrido en estos días.

Fue el Sultán Mahmud I quien levantó 1732. esta plaza como punto de separación y encuentro de distintos distritos de la ciudad como de centro de distribución de las aguas, tan importante para un pueblo cuya religión impone el aseo antes de cada rezo, es decir la menos cinco veces al día, Taksim significa «distribución» en turco y debe su nombre al reservorio de piedra situada en el lado oeste de la plaza, situada en el distrito del mismo nombre. En ella se encuentra ademas Centro Cultural Ataturk, el Hotel Mármara y una estación de metro.
En el centro de la Plaza Taksim se levante el Monumento a la Independencia, donde no puede faltar una estatua del padre de la Patria que fue Mustafa Kemal Atatürk (19 de mayo de 1881- 10 de noviembre de 1938); hay que reconocer que si aún existe Turquía como nación independiente fue gracias a él.

Recordemos que el país estaba entre los perdedores después de la primera guerra mundial sufriendo la ocupación de los vencedores quienes desarticularon repartiendo en pedazo la nación y sus territorios africanos y del medio oriente entre Grecia, Italia Francia e Inglaterra.

Frente a este estado de cosas es que surge la resistencia nacionalista encabezada por Mustafá Kemal Paşa (general) quien logra unificar todas las fuerzas opuestas a la ocupación extranjera y con el fin de recuperar Anatolia, así como de las zonas autónomas armenias, kurdas y griegas.

En el otoño de 1919 los ocupantes autorizan la elección de un nuevo parlamento nacional son contar con el triunfo de los nacionalistas. La respuesta fue el establecimiento de la ley marcial en Constantinopla y la disolución del parlamento el cual radicaba en Constantinopla, cuyos disputados fueron mandados a encarcelar. Aquellos que lograros escapar se dirigieron a Ankara, y allí eligieron a Mustafá Kemal creándose una dualidad de poderes.

En Estambul, la capital histróricam, quedaba el Sultán Mehmed VI, protegido por los ocupantes, en Ankara el de las fuerzas racionalistas encabezadas por el proscripto Kemal quien astutamente firmaba un tratado de amistad con la URSS lo que le permite recuperar media Armenia, por otro lado bajo el mandato de Sultan, el imperio se iba desmembrando en territorios árabes autónomos que de hecho funcionaban como protectorados de Inglaterra, Francia en Italia.

Mustafa Kemal aprovecha la centralización de poderes en sus manos , el militar, ejecutivo, legislativo y judicial para incorporar toda la población, incluidos mujeres y los niños, a una guerra de liberación de Anatolia, creando en la población una nueva mentalidad nacionalista.

En septiembre de 1922 los turcos derrotan a Gracia recuperando Esmirna y la Tracia oriental. En 1923, gracias al Tratado de Lausana , el poder de Mustafá Kemal es reconocido por los ocupante quienesn se retiran de Turquía. Allí se proclama una república y se aprobó una nueva constitución, que mantendrá a Kemal como una especia de presidente vitalicio se mantuvo del nuevo país, mientras que Ismet İnönü era nombrado primer ministro.

Al año siguiente se elimina el Califato así como se inicia la campaña contra todo el elemento religioso que iba asociado, plano religioso, cierra las madrazas (escuelas islámicas) prohíbe la ley Sharia y aplicando en su lugar una legislación inspirada que las que dominaban en los países europeos, se levanta la prohibición musulmana de la representación en imágenes de seres humanos, estableciendo a su vez escuelas artísticas al estilo europeo, algo similar ocurre con el alcohol.

Contradictoriamente este Kemal autoritario contra la oposición, incluso la que el mismo crea, a la que acusaba de agentes imperialistas, es el mismo quien no tiene reparo en otorgarle voto a las mujeres y hasta lleva algunas su parlamento. Una vez mas se demuestra la no contradicción entre progresso femnista y carencia democrática.

A aquella revolución cultural no escapó ni siquiera aquel simpático fez que, por suerte ahora pude comprar a los mercaderes de la ciudad como regalo a mi hermano, me refiero a aquel típico sombrerito otomano, que hemos visto en tantos cuadros orientalistas por no hablar de películas y que para el gobernante no era otra cosa que un símbolo del pasado al que había que enterrar sustituyéndolo por una homogenización nacionalista que recuerda mucho la sufrida por Francia tras la toma del poder por los jacobinos; ella traerá traerá desplazamientos étnicos forzados, y negación de culturas y lenguas como ocurrió, ya no con los cristianos asirios o armenios, sino con pueblos musulmanes como el de los kurdos, los cuales hoy, bajo el gobierno conservador de Erdogan, antítesis de Ataturk, cuenta con un respeto que por su lengua que nunca hubo antes disponiendo de escuelas y canales de televisión que hablan en ella a costa del erario público, así me lo confesó hace poco un taxista de origen turco, aquí en Suecia, quien también me contaba como de niño su madre le alertaba para que no hablara su lengua materna fuera de casa, algo que no lograba comprender. Sin duda los tiempos cambian.

De la europeización impulsada por el líder turco no se libró ni el alfabeto árabe el cual es reemplazado en 1928 por una versión del latino adaptado a la lengua turca , la cual a su vez ha sido depurada de elementos persas y árabes. El aprendizaje de la nueva escritura se hace obligatoria para todos los ciudadanos hasta los cuarenta años. Otras medidas fuero la declaración en 1928, del carácter laico del estado, la sustitución en 1933 del árabe por el turco en las llamadas a la oración y en las recitaciones del Corán y las proclamación en (1935) el domingo como día de descanso, con lo que los turcos podrían dormir la mañana el mismo día que sus vecinos cristianos.

Es el rostro de este ‘occidentalizador’ de Atatürk, ideólogo de una Turquía republicana, nacionalista, popular, estatista, laica y revolucionaria, y por si fuera poco enemiga de la poligamia, es el que vi en el monumento de la plaza, desalojada anoche por sorpresa por la policía. Junto a el se ve el busto de su Primer Ministro İnönü y el del jefe de su estado mayor, el Mariscal Mustafa Fevzi Çakmak entre otras figuras importantes en la creación de la nueva Turquía.

En la fachada norte con vistas a la calle Cumhuriyet , se simboliza la Guerra de la Independencia se simboliza. En las caras este y oeste, vemos al ejército turco se simbolizado con un soldado que sostiene la bandera turca.

Es esa misma bandera con la efigie de Kemal la que nos están presentando los medios de todo el mundo en las manos de los manifestantes que en estos días se enfrentan con la policía en la histórica plaza.

Según las últimas noticias de la Radio Televisión Nacional de España, órgano oficial de una monarquía constitucional que hoy administra el Partido Popular los demostrantes acaba de ser desalojada por la fuerza la plaza Taksim y el parque Gezi en Estambul. Mientras que miles de personas de diversos barrios de Estambul han salido a la calle para volver a marchar marchando hacia la emblemática plaza.

Si observas las noticias que aporta otro medio oficial de otra Monarquía Constitucional Europea, en este caso la Televisión Sueca veras al reportero, presumiblemente de origen turco pero crecido en el país escandinavo, focalizando la información en la violencia desplegada por las autoridades, es decir haciendo exactamente lo contrario de lo se hacían en el medio en días recientes cuando ardieron varios ghettos de Estocolmo, en este caso le foco ce centraba sobre el vandalismo de los que protestaban.

 

Algo parecido ocurre con el canal putinista Rusia Hoy, pero aquí la explicación es clara mientras Turquía respalda la oposición suní en Siria. Rusia toma partido a favor de la élite shia que comanda ese país árabe.

Lo que nos dicen los medíos en general es que estamos en presencia de una especie de Primavera Árabe, en Turquía, en la cual jóvenes idealistas se enfrentan a un gobierno autoritario y conservador.

 

He querido encontrar una opinión alternativa, la que no me ofrece ninguna media y al he encontrado en un colega, un maestro humilde y sencillo quien me ha contado lo que el considera las causas reales del conflicto:

Primero el crecimiento económicoo de su país el cual han comenzada invertir en África chocando allí con los viejos intereses establecidos, que son precisamente los de aquella potencias coloniales capaces de financiar el «conflicto» interno.

Dos que Turquía ha logrado pagar buena parte de su deuda externa lo cual constituye un mal ejemplo para una Europa en crisis.

Tal vez sea simple la explicación pero no me cabe duda que hay algo de verdad. Y que lo que no se puede perdonar al régimen turco es haber roto un paradigma conjugando una política tradicional en cuanto a la protección de la familia con un crecimiento económico que siempre debe ser asociado a la reducción poblacional.

Por ultimo siempre sospecho de esos demostrantes a tiempo completo, como si no tuvieran necesidad de pagar sus cuentas, que no tienen paciencia para ganar en buena lid, es decir en elecciones, al gobierno que detestan, y quienes quienes para colmo enarbolan el rostro de un líder que habrá sido muy salvador de la patria y todo lo que se quiera, pero que me perdonen mis amigos turcos, terminó convertido en un dictador y que impuso la tan alabada en occidente secularización, con métodos que no se diferenciaban mucho de los de su contemporáneo Mussolini usó para imponer en Italia el fascismo.

Los mdios pueden pervertir los fines, asi que cuidado pues con esta suerte de «democratización» no sea que estemos aplaudiendo a los que traen para Turquía el mal peor.