Quien es Zaffaroni[i]
Eugenio Raúl Zaffaroni es uno de los seis jueces de la Corte Suprema de la Argentina y Profesor Emérito y ex Jefe del Departamento de Derecho Penal en la Universidad de Buenos Aires, ha investigado temas tan diversos como el genocidio, la esclavitud y la explotación colonial de los trabajadores, «técnicas de Neutralización» entre los delincuentes juveniles,y la retórica de los gobiernos la creación de patrones de «enemigos», en este sentido se le considera un precursor en el estudio y en la explicación del genocidio cometido por la última dictadura militar en Argentina .
A todos esto hay que incorporar su calidad de conferenciante, lo que honró a la Facultad de Español y Portugués y al Instituto Latinoamericano de la Universidad de Estocolmo cuando le invitaron dar una charla abierta, ofrecida a partir de las 18:00 horas, en el Instituto el 17 junio de 2009
La conferencia
La conferencia ofrecida por Eugenio Raúl Zaffaroni en la alta casa de studios de la capital sueca, sirvió , entre otros objetivos para poner en crisis el mismo título con que se le había divulgado «Criminalización de la Pobreza» concepto de origen marxista, que Zafarroni cuestiona por su simplismo. Mejor sería haber titulado la cofenrencia, por su sentido mas general como por ejemplo “criminalización selectiva en la sociedad democrática”
Invirtiendo las teorías lombrosianas y bajo en influjo evidente de Foucault, Safarroni nos explicó como el aparato de la justicia sigue su propia lógica, crea sus propias imágenes de victimas y victimarios, criminalice mas allá de lo justo determinados sectores y se convierte en un vigilante de todos nosotros, generándose un estado de cosas donde arbitrariedades como las de Guantánamo, con todo y su gravedad, resultan lo menos importante.
Zafarroni esclareció además de las relaciones entre la política y la justicia, como la racionalidad d e la segunda se pierde ante la necesidad imperiosa de la primera de obtener votos.
De todos su discurso, el único punto débil, me pareció, fueron concesiones, si bien tímidas, a la justicia de los pueblos originarios, una practica, también impulsada desde la política, que busca la conviviencia dentro de un mismo estado dos sistemas de justicia practicamente incompatibles, el de las prácticas precolombinas y el de las propias de estado de matriz europea-occidental que ha terminado por imponerse en todas las Américas.
Está bien que desde la academia, se cuestiones las graves desviaciones que de su misión de una justicia para todos tiene dicho estado. Es lo que hace Zafarroni. Pero se cae en el mismo fallo de los políticos , cuando se asume la posición políticamente correcta de permitir a los criminalizados ejercer una forma de justicia que en sus forma mas suaves pasan por el látigo y el agua fría en invierno y que en las formas mas extremas puede llegar al linchamiento.
Es verdad que el estado democratico ejercita un genocidio a cuenta gotas, y que es necesario poner coto a esa situación, pero la respuesta no puede pasar por tirar al niño con el agua sucia, por lanzar por la borda todo lo que en cuanto a técnicas procesales ha avanzado la humanidad en los últimos siglos.
El Premio
Raúl Zaffaroni , y el norteamericano John Hagan, fueron galardonados año con el Premio Estocolmo de Criminología 2009 por sus estudios teóricos y de campos sobre las causas y la prevención de genocidio. La ceremonia de entrega de será el 23 de junio de 2009 en la capital sueca.[ii]
El premio es otorgado con los objetivos de promover el desarrollo de conocimiento sobre las causas de crimen tanto a nivel individual como niveles estructurales, desarrollar una política más eficaz y humana en el tratamiento de los delincuentes y criminales , mejorar las estrategias de prevención de crimen, buscando alternativas dentro y fuera del sistema judicial, fomentar la políticas para ayudar a las víctimas y por último encontrar – mejores modos de reducir el problema global de las prácticas ilegales o abusivas en que pueden ocurrir en la administración de justicia.
No pretendemos que Zafarroni haga con su Premio Estocolmo de Criminología lo que hiciera Marlon Brando con quel Oscar ganado en 1972, por su actuación en El padrino, que envíe para rechazarlo a un criminalizado, en el caso de Suecia, un inmigrante para que, en plena ceremonia, ofrezca un discurso reivindicativo contra los pecados comentidos por el sistema punitivo sueco.
Mejor que acepte este Premio Estocolmo, que sin duda le prestigiará (fuera de Suecia) en su importante trabajo en el campo de la crimología académica. Esto por no hablar de las convenientes 1,000,000 SEK que el implica el galardón.
Sí señalaremos la ironía que implica el que en un país como Suecia, donde la criminalización selectiva se aplica como sistema, otorgue un premio a quien también denuncia esa aberración de la justicia.
Se trata de un tema sobre el que se ha investigado poco, pero del que existe, los suficientes estudios y artículos periódicos como para dar la voz de alarma, entre ellos por ejemplo la obra Likhet inför lagen (Igualdad ante la ley) editorial Natur och Kultur,2005, de los juristas: Christian Diesen, Claes Lernestedt, Torun Lindholm y Tove Petersson.
Aquí se aborda la manera en que funciona la discriminación en institucional y el tratamiento particularmente negativo que reciben entre otros grupos los inmigrantes en Suecia.
Y la cosa no es para menos, cuando dentro del propio sistema los inmigrantes están subrepresentadas, como lo expone la periodista Christina Waldén, en su trabajo «Få domare utlandfödda (Pocos jueces nacidos fuera del país) periódico Svenska Dagbladet, 24 de septiembre, 2007.
La periodista nos recuerda que si de la población entre 20 y 64 años en Suecia un 20 por ciento es de origen no sueco, dentro del cuerpo de la policía, solo el 5 porciento de los hombres y la misma cantidad entre las mujeres tiene raíces extranjeras.. Entre los fiscales la proporción es la misma, 5 porciento, mientras que en los jueces, la cifra se reduce a un 4 porciento.
Si del sistema para adentro la discriminación se hace tan evidente ¿que esperar de este hacia afuera? En primer lugar la sobrerrepresentación de los extranjeros en la scárceles.
Resulta difícil, aunque no imposible para un buen estudio de campo, conocer cuantos de los presos en las cárceles suecas son de origen extranjero ya que el origen étnico no está registrado como término de búsqueda en el sistema penal, en cambio si están los datos de los extranjeros en prisión que terminarán siendo deportados, estos serán un 28% de la población penal, sin embargo dentro del 72 restante tenemos tanto suecos de toda la vida, como aquellos que se hicieron ciudadanos o nacieron en Suecia de padres extranjeros. En todo caso ese 28 porciento es de por si preocupante.
Así las cosas, no estaría mal que Zaffaroni invirtiese parte de su premio en hacerse a traducer el studio Likhet inför Lagen, de modo tal que tenga a mano, para su próxima conferencia en Suecia, el ejemplo vivo de como funciona en este país escandinavo los mismos males que él detecta en Argentina y otros sitios de América.
Por el momento he registrado y colgado en la red íntegramente la conferencia del penalista argentino, en el Instituto Latinoamericano de la Universidad de Estocolmo. Disfrútela entonces pinchando aquí
[i] El curriculum completo de Eugenio Raúl Zaffaroni lo puede usted ver en esta dirección: http://www.csjn.gov.ar/data/cv_zaffaroni.pdf
[ii] Para más información sobre el premio recibido por el penalista argentino descargue el documento en formato PDF que se encuentra en la siguiente dirección: http://www.criminologyprize.com/dynamaster/file_archive/090605/86db6ee0bfd7f70c01bebe8d789bb43b/Prisvinnarbroschyr2009_WEBB.pdf
cual es la cantidad de presos en suecia?
responder tambien a mi email por favor
diegobyc13@yahoo.com
El maestro Zaffaroni se llama Eugenio Raúl Zaffaroni no Emilio
Estaría bueno que escriban bien su nombre
Atentamente
Lorena
Estimada Lorena, usted tiene toda la razón. El error ha sido inducido por el nombre con que es presentado el profesor Zafarroni en la lista de conferencistas distribuida por la Facultad de Español y Portugués de la Universidad de Estocolmo, donde aparece con el nombre que le hemos dado en él artículo y que enmendaremos gracias a su nota.
Cordialmente
Carlos M. Estefanía